La caída del stock vacuno es un problema que se ha profundizado en los últimos 5 años, y que, a pesar de la buena rentabilidad que ha adquirido la actividad de cría durante el gobierno de Javier Milei, no ha podido revertirse. Los niveles de faena se mantienen elevados, motorizados por los buenos precios y la mejora en la competitividad, y muy por encima del punto de equilibrio del sector, que es aún reacio a retener vientres e incrementar el número de cabezas.
Ese diagnóstico terminó por confirmarse con los números que arrojó la campaña de vacunación anfiaftosa en la previa de la Exposición Rural de Palermo. Y fue allí donde, justamente, el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, anunció una línea crediticia a valor producto destinada específicamente al sector ganadero y con el objetivo de ayudar a revertir esa preocupante tendencia.
A casi tres meses de su lanzamiento, desde esa cartera señalan que ya fueron aprobados créditos por 3500 millones de pesos para establecimientos de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa. A no entusiasmarse, porque la cifra parece abultada pero son apenas 2,5 millones de dólares.
Esta línea de financiamiento, que es entregada a través del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) está destinada a la compra de vaquillonas, retención de terneras y capital de trabajo para alimentación.
Al igual que la que fue anunciada para el sector porcino en Expoagro, lo que tiene de particular es que las cuotas se fijan en kilos de novillo y se abonan en pesos, tomando el Índice Novillo del Mercado Agroganadero (INMAG). Eso da previsibilidad al productor, que sabe que la cantidad de producción que tiene que destinar a pagar el crédito es siempre la misma.
El plazo fijado es de 60 meses, pero puede ser cancelarlo previamente si los precios del novillo suben, o luego (en hasta 84 meses), si bajan. El crédito se otorga en UVA (unidad monetaria que se actualiza por inflación) con una tasa fija anual del 8% y el monto máximo a aprobar por empresa es de hasta 800 millones de pesos.
El crédito puede utilizarse para financiar la compra de vaquillonas -a servir o preñadas-, y así aumentar el número de reproductoras en hasta un 30% del stock declarado por la empresa. También está orientado a retención de terneras destinadas a convertirse en futuras madres en hasta el 20% del stock declarado.
Para la compra de capital de trabajo vinculada a pasturas, fertilización del campo y tecnologías de forraje (ensilado, rollos, picado de maíz, entre otros), se otorga hasta un 20% adicional.
Además de las líneas ya aprobadas, desde el BICE aseguran que se están evaluando otras solicitudes presentadas en diferentes puntos del país.
Para acceder a este financiamiento, las empresas deben ser Pymes dedicadas a la cría, ciclo completo y/o cabaña de ganado bovino para carne, contar con inscripción vigente en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (RENSPA), y en el caso de personas humanas, presentar garantía de SGR o Fondo de Garantía aprobado por BICE. Además, debe contar con al menos cinco años de actividad comprobable mediante registros oficiales (SENASA, ARCA) o documentación contable.