“El campo es algo que llevo dentro de mi desde siempre, marcó mi vida, igual que los caballos, un animal que amo, con quienes tengo una increíble conexión y que cada vez que los veo me les acerco como abeja a la miel”, resume Paula Lorber Franquet, una joven nacida y criada en Ferré, provincia de Buenos Aires.
Entre 2019 y 2021 vivió una experiencia de trabajo rural en Alemania y Dinamarca, haciendo el tambo, subiéndose a tractores y ¡jugando al fútbol! “En Alemania eran bastante profesionales y me costó, sentía que estaba yo un nivel más abajo, pero me sirvió para aprender mucho”, comparte Paula, que fue protagonista del último capítulo de El Podcast de tu Vida.
Después volvió a Argentina y a fines de 2023 se fue a Dubai, esta vez como petisera, cuidando de caballos de polo. De la experiencia en Europa se quedó con el sabor agridulce de que ella no estaba acostumbrada a hacer el tambo, ya en los Emiratos Arabes estaba más tranquila “con los caballos de compañeros me voy a donde sea”.
Hablamos de todo este recorrido sin dejar de lado otras pasiones como la velocidad, motos y autos, y la doma racional, una disciplina que aprendió hace poco y afianzó su vínculo con los caballos.
¿Cómo le fue siendo mujer occidental en una cultura totalmente diferente? ¿Qué saben de Argentina en Dubai? ¿Qué la sorprendió? ¿De qué juega en el fútbol? Pasen y lean…
-Son las tres de la tarde de un día de semana y recién llegás de entrenar. ¿Qué es el fútbol en tu vida?
-Para mí es una pasión muy linda, una de las tantas pasiones que hago. Recién llegué de entrenar, me bañé y esperé tu llamada. Para mí significa mucho, porque quien comparte esta pasión sabe que también es para refrescar la cabeza del trabajo, de la rutina, hincha del millonario, para más datos. En mi familia muchos juegan también, me crié entre mis primos que siempre se terminaba el domingo y se jugaba un picadito en la casa de mi abuela o con los amigos en el barrio. Yo era un nenito más… jajaja…
-Y tan bien te hace y la pasión es tan fuerte que estuviste en Europa y también jugaste, en Dinamarca, en Alemania…
-Fue muy hermosa esa experiencia. En Alemania fue más amateur, pero en Dinamarca jugué en un nivel semi profesional. Yo me sentía que no estaba a la altura por lo bien que jugaban mis compañeras y las rivales. Pero eso me ayudó a mejorar futbolísticamente, sentía la presión y me motivaban a mejorar. Aprendí muchísimo.
-La última que te hago de esto, ¿Cómo quien jugás? ¿Con quién te identificás? Yo ya he dicho que jugaba como Blas Giunta, un número cinco rústico de San Lorenzo, también jugó en Boca entre otros clubes, rústico, rústico… pero bueno… ¿Vos?
-Yo me tiro más a Ezequiel Barco… en algún momento no pasaba mucho la pelota… jaja… pero me gusta mucho correr, recuperar pelotas, soy delantera. De nueve de área. Pero vamos variando, porque en el equipo que estoy ahora en Argentina, las chicas no tienen tanta experiencia y las que estamos un poco mejor vamos ayudando a que ellas puedan encontrar su lugar en la cancha. A veces hacemos doble cinco con una compañera, pero corro bastante de mitad de cancha para arriba.
-Como Julián Alvarez, de los de esta época…
-Bueno, si, lo pensé, pero era mucho… jaja.
-Identificás algún momento de chiquita que te haya marcado en lo que ahora estás haciendo?
-Yo vengo de una familia que se crió en el campo. Los abuelos, los papás de mi mamá, siempre fueron chacareros. Ella se crió ahí pero después se fue a la ciudad porque le gustaba otra cosa. La parte comercial. Y mi papá también se crió con sus padres que son gente de campo, vivían en un paraje y criaban animales y hacían lo que podían. Después mi papá anduvo con la maquinaria, y eso también me gusta mucho. Yo siento que es algo que llevo adentro, no sé qué marcó mi vida, pero cuando era muy chiquita me gustaba mucho estar en el campo, entre animales y fierros. Me acuerdo cuando iba a ordeñar las vacas con mi abuelo, a alimentar los pollos. Y eso me marcó.
-Si cerrás los ojos, ¿de qué te acordás?
-Me acuerdo en el campo de mis abuelos de levantarme, ponerme unas botitas amarillas, que estaban muy frías en invierno, mi abuelo la calentaba al lado de la estufa y salía con mi abuelo a ordeñar las vacas. Era ordeñe a mano. Y en el corral, como la leche estaba calentita recién ordeñada, me empinaba el jarrito y me quedaban los bigotes marcados, mi abuelo me cargaba. Era muy lindo. Todo natural. Y los galpones de pollo. Ese olor. Yo manejaba el tractor y desde arriba del carro tiraba el guano en el campo, como fertilizante natural. Tendría 8-9 años, después cortaba el pasto con el tractorcito. Era todo muy sano, sin teléfono. Me acuerdo de sentarme a comer mandarinas… muy lindo.
-Terminaste la secundaria y te fuiste a hacer experiencia con tu pareja de entonces a Alemania, ¿Tenías un Plan B? O sea, ¿Creés que podrías haber hecho algo distinto de lo rural? No sé, deportista, artista, médica, o lo que sea…
-Lo mío siempre fue el campo. Si no hubiese sido con los animales era con los tractores, pero sí en relación al campo. Estudiar no me costaba, pero la verdad es que no quería estar sentada estudiando, yo quería estar todo el tiempo afuera, en casa no estoy nunca, es lo que hago ahora. Siempre fui muy inquieta, hiperactiva. No podría estar viviendo en la ciudad y menos estudiando muchas horas.
-¿Y cómo fue la experiencia en Alemania y Dinamarca?
-En Alemania encontré un paisaje mucho más lindo, una zona montañosa, y se podían ver lindos paisajes, más rocosos, tierras difíciles de trabajar, teníamos que pssar muchos implementos. Dinamarca más plano.
-¿Y la gente de campo?
-Es como en un pueblo chico de Argentina. En Alemania ya me conocían después de tantos días, había un señor de unos 80 años que cada vez que pasaba se sacaba el sombrero y me saludaba. Me saludaban por mi nombre, hice muchos amigos, también con el fútbol.
-Quería preguntarte por los caballos, tenés una relación muy linda, es una de tus pasiones dentro de lo rural. ¿qué son para vos los caballos? Hace poco empezaste con la doma racional…
-Los caballos son mi vida. Amo mucho ese animal que tiene una conexión increíble con ellos. Su olor. En seguida voy como abeja a la miel. Acariciarlos. A ver si puedo conectar con ellos. Yo mientras tenga mi caballo, mi perra y mi recado soy feliz. Soy una agradecida.
-¿Y con lo de la doma racional?
-Yo incursioné en la doma racional, sin violencia al caballo. Para mí era muy importante aprenderlo porque yo veía la doma que se hacía antes, la tradicional, que era muy bruta con el animal y a mí me parecía triste porque yo no quería pegarle a un caballo para que entendiera cómo se hacían las cosas. Si yo sabía que era un animal inteligente. Es un animal que amo y puede entender de otra manera cómo se pueden hacer las cosas.
-Quiero preguntarte por Dubai. Ahora estás en Ferré, donde naciste, pero hasta hace unas semanas estabas muy, pero muy lejos, en otra cultura totalmente diferente.
-Hace un mes que volví. Fui a trabajar de petisera. Surgió porque yo estaba trabajando en Coronel Suárez, en el centro de doma, con los caballos y me vine a trabajar con un veterinario cerca del pueblo, y dije, por qué no puedo hacer las experiencias como las que había hecho antes fuera del país pero con caballos. Ojo, fueron experiencias que me habían costado también, porque uno piensa que es todo lindo pero empezás a extrañar, no es fácil, el idioma. Entonces sentí que si me iba con los caballos sí podía ser más feliz. Y me fui.
-Ahora te voy a hacer un pin-pong de Dubai. Pero no quiero dejar de preguntarte, porque estuviste en tres lugares trabajando afuera, ¿qué cosa le recomendarías a alguien que esté pensando en irse?
-Principalmente les diría que hagan algo que les guste. Yo cometí el error de trabajar de algo que no me gustaba. Estaba sola, triste. Y me costó bastante. Cuando uno trabaja en lo que le gusta no siente tanto esas cosas, no siente que esté trabajando. No lo siento como un peso. Y después el tema del idioma. No te exigen que puedas hablar inglés, que es un idioma universal, pero sí es importante irse con una base porque yo el primer año fui sin saber inglés, sabía algo de la escuela muy básico, pero no me sirvió mucho. Te permite comunicarte, ir a hacer las compras, hacerse amigos, sociales, que es muy importante. Terminé aprendiendo inglés y alemán en paralelo porque yo quería comunicarme con una persona mayor, la mamá de mi patrón, pero ella no sabía inglés. Y aprendí y me sirvió para hablarlo en el futbol.
-¿Qué te sorprendió de Dubai?
-Me sorprendió mucho la tecnología, lo avanzado que están. Y lo atrasado que están en lo cultural, con la mujer, que la tienen como si fuera un adorno. Yo en un club donde trabajaban 500 hombres era la única mujer. Hasta en la cocina trabajaban hombres. Yo estaba de petisera y me veían raro, ¿Cómo una mujer haciendo lo mismo que los hombres? Obviamente ves mujeres de otros países, no todas están cubiertas. Pero las mujeres que comparten la religión Arabe están todas cubiertas. Una vez comprometidas no pueden mostrarse, ni salir mucho de la casa… es muy machista.
-¿Y la comida cómo te fue?
-Es bien distinta. Pero bien. Donde trabajaba hacían unos chicos de Pakistán, entonces hacían unas comidas más tradicionalmente de su país. A los argentinos nos preparaban sí un menú especial para nosotros porque ellos comen con mucho picante. Hacían muchos fideos, pastas, algunos churrascos, pero también arroz, milanesas.
-¿Qué saben de Argentina en Dubai?
-Para ellos cuando vos le decís que sos argentino, sos casi un dios. Ellos son muy fanáticos de Messi. Me pasó de tener un compañero que se volvía loco por nosotros, los argentinos. Los de Dinamarca y Alemania no tanto. Sí me preguntaban por qué iba a trabajar a sus países, pero no tanto con el tema del fútbol.
-¿Qué te gusta de tu trabajo, de lo que hacés hoy? Te despertás a la mañana y ¿qué te entusiasma?
-Por lo general, cuando estoy en el campo, lo que hago es agradecer el hecho de despertarme con los animales, el viento, la naturaleza. Te despertás y te das cuenta que hacés lo que te gusta. Trabajo de lo que me gusta.
-Quiero preguntarte por tu otra pasión además del campo y los caballos. Te gustan los fierros, las motos, los autos…
-Los tractores también me gustan. Por el lado de correr, me gustan las motos. Tuve una de una cilindrada importante. En autos he ido a ver con mi abuelo cuando era chica, él era fanático de Chevrotet. En motos me gusta el cross.
-Ahora sí llegamos al tirando paredes, al pin-pong de cierre. La primera pregunta es si tenés algún país o lugar que hayas conocido y digas, “me encantó este lugar”.
-Y en Alemania estuve donde nacieron y se criaron mis bisabuelos, que estuvieron viviendo hasta venirse a Argentina. Se vinieron escapando de la guerra. Y ahí encontré a un pariente lejano, que me compartió cosas, y me regaló una fotocopia de un boleto de barco de mi bisabuelo. Ese lugar me marcó mucho.
-¿Algún lugar que te gustaría conocer?
-Suiza, los Alpes. Toda la zona campestre. En Estados Unidos, ir a Colorado, Texas.
-¿Tenés algún toc?
-No… que yo sepa… (se ríe).
-¿Alguna serie? ¿Qué te gusta mirar?
-A mí me encantó mucho una “Heartland”, pero no pude terminarla porque no me gusta mucho quedarme mirando tele. Vivo afuera de la casa, en el campo, haciendo cosas. O jugando al fútbol.
-¿Si pudieras tener algún super poder? ¿Cuál te gustaría tener?
-No sé, lo único que quisiera es tener mucha plata para tener un pedacito de campo y llenarme de caballos, tener mi centro de doma. Otra cosa no se me ocurre.
-Si pudieses viajar en el tiempo, ¿A qué momento de tu historia o de la historia de la humanidad te gustaría ir?
-A mí me gustaría volver a mi niñez, que la disfruté mucho. Con mis abuelos, que me criaron tan sanamente, ordeñando a mano, siendo muy feliz.
-Y la última es ¿Qué tema musical elegís para terminar la nota?
-Mi artista favorito es Héctor del Valle. Y puede ser “Milonga del ayer”.