Cuando faltan pocos días para las elecciones presidenciales, la rama de CAME (Confederación de la Mediana Empresa) que se ocupa de las actividades productivas movilizó unos 200 productores del sur del país para reclamar al gobierno, cualquiera sea su signo, medidas que aseguren “rentabilidad para las Economías Regionales”. Al mismo tiempo, la entidad se mostró a favor de un acuerdo o pacto social como el que se insinúa en el caso de que triunfe el peronista Alberto Fernández.
“Es importante lograr un diálogo entre sindicatos, gobierno y empresarios a los fines de alcanzar una integración que impulse el desarrollo”, aseguró el presidente de CAME, Gerardo Díaz Beltrán, ante los productores que participaron de la “Jornada Sectorial de Economías Regionales” organizado por esta entidad nacional y la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén.
El acto de apertura fue presidido por Mauricio Molinaro, titular de la Cámara de Productores de Villa Regina, General E. Godoy, Chichinales y Valle Azul,y de Eduardo Rodríguez, titular del área de Economías Regionales de CAME, quien aseguró que “las economías regionales hacen girar la rueda de la economía en cada uno de los pueblos del interior, y son la pieza medular para generar empleo y dinamizar el crecimiento económico”. Por eso reclamó “rentabilidad para seguir produciendo”.
Los directivos de CAME, en la reunión, destacaron que las exportaciones de estas economías que están alejadas de los puertos alcanzarán los 7200 millones de dólares este año, representando aproximadamente el 9% del total exportado. Solo en concepto de retenciones las economías regionales aportarán 720 millones de dólares. “Pero solo el 1,4% de nuestras exportaciones son realizadas por Pymes”, remarcó Rodríguez.
La jornada contó con las presentaciones del economista Mariano De Miguel, quien indicó que “es difícil -con una estructura tributaria que penaliza el agregado de valor-, poder mejorar la competitividad de las economías regionales”.
Los productores participaron de talleres sobre fruticultura, horticultura, ganadería, frutas finas, apicultura, vitivinicultura, forestal y agroalimentos. Tras el debate, hubo conclusiones transversales: falta de rentabilidad, alta presión impositiva, dificultad de acceso al crédito y costos de producción en alza.
“Ante todo debemos conseguir y consolidar la rentabilidad de nuestro negocio, ya sea disminuyendo costos directos e indirectos, como así también logrando reglas de juego claras y previsibles”, afirmó Díaz Beltrán en este contexto.
El presidente de CAME recordó una serie de medidas que la entidad propuso al gobierno de Mauricio Macri para mejorar la rentabilidad y competitividad de la agroindustria, como el diseño de una nueva política social y laboral que permita contar con reglas de juego claras o un régimen tributario que aliente la generación de empleo.