Al gobierno de Joe Biden le salió el tiro por la culata: el anunció del uso de las reservas estratégicas de petróleo terminó generando subas en los valores internacionales de petróleo que beneficiaron por arrastre al maíz y al aceite de soja.
“Existe un riesgo creciente de que la OPEP + (bloque de 23 países integrado por naciones de Medio Oriente junto a Rusia, entre otras) responda al anuncio de EE.UU. deteniendo los aumentos de oferta planificados”, advirtió un informe publicado hoy por la división de commodities de ING.
“Un resurgimiento de los focos de Covid-19 en Europa junto con un uso potencial de las reservas estratégicas puede ser motivo suficiente para que el grupo decida no aumentar la producción en 400 millones de barriles diarios cuando se reúna a principios de diciembre próximo. La perspectiva de represalias por parte de la OPEP + deja la posibilidad de una mayor volatilidad en los mercados petroleros”, añadió.
Si bien el uso de reservas estratégicas de petróleo por parte de las principales naciones del mundo –tal como se anunció– representa un factor bajista de corto plazo, una restricción de oferta del commodity por parte de las principales productores constituye un factor estructural en un mercado global que, más allá de los riesgos económicos generados por los rebrotes de Covid-19 en el hemisferio norte, sigue demandando de manera creciente recursos energéticos para intentar recuperar el “terreno” perdido en 2020.
El alza del petróleo provocó subas en los futuros del CME Group de aceite de soja, pero no fueron suficientes para que el poroto terminara con números positivos porque las cotizaciones de la harina de soja cayeron fuerte en la jornada de hoy.
El factor energético también mejoró las cotizaciones del maíz, insumo base del bioetanol en EE.UU., donde la creciente demanda de combustibles están impulsando una recuperación importante de la producción del biocombustible.