Los anuncios oficiales sobre la creación de un nuevo impuesto o aporte a la Renta Inesperada supuestamente producida por los aumentos de precios globales por la situación bélica en Ucrania fueron recibidas de mal modo en el sector agropecuario, con lagunas excepciones. Más allá de que el tributo -pensado para empresas que obtengan ganancias superiores a los 1.000 millones de pesos- dejaría afuerta a la inmensa mayoría de productores agropecuarios, hay un hastío visible respecto de la intensa presión fiscal que ya pesa sobre el sector y a la falta de ajuste del gasto público.
Este posición en contra del nuevo tributo la resumió bien Marcos Pereda, el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) luego de los anuncios del gobierno nacional efectuados el lunes. “Otra vez un manotazo al sector privado en vez de un sector público responsable que equilibre sus cuentas bajando y eficientizando el gasto”, remarcó el empresario.
“Crear nuevos impuestos siempre es una mala decisión, porque aleja las inversiones, nuevas fuentes de trabajo y la generación de riqueza. En el campo no hay renta inesperada, la bonanza de los precios internacionales no ha llegado al productor argentino porque los precios locales están desacoplados a causa de los derechos de exportación, la intervención en los mercados y la brecha cambiaria”, aclaró el dirigente rural. También recordó que “estamos en el inicio de una campaña agrícola y los productores tenemos que afrontar costos en dólares que han subido más que la inflación en pesos”.
Pero, así como hay una abrumadora de productores que critica este tipo de medidas, también el gobierno tiene quien lo apoye dentro del sector. El CEO de Syngenta, Antonio Aracre, consideró que sería “justo” cobrar un impuesto a la Renta Inesperada en los términos planteados por el Gobierno, pues de ese modo se lograría una “financiación genuina” para afrontar gastos extraordinarios.
“Me parece sano que cualquier tipo de gasto extraordinario que se plantee el Estado desde el punto de vista de la disciplina fiscal estén buscando una financiación genuina, eso habla de una responsabilidad y un cuidado”, dijo en declaraciones a AM 750 el presidente de una de la sprincipales empresas proveedoras de insumos y tecnología para el agro. En el mismo sentido, remarcó que “si solo se piensa en incrementar el gasto con emisión, a la larga eso termina en inflación y ese bono que se quiere dar para paliar la situación social al final de cuentas se transforma en un problema”.
“Me parece justo, porque ese sector la está pasando mal (dijo Aracre en relación a las capas de bajos ingresos que recibirán un aporte extraordinario de ingresos), mientras que todos los precios relativos de la economía se acomodan rápidamente, empezando por los precios, las tarifas, el dólar. La verdad es que los salarios están relegados. Y este grupo que no tiene paritarias, defensores, salgan beneficiados con este bono me parece adecuado”, afirmó.
“Muchas veces la gente que se pone en contra de los impuestos también reclama mejor educación pública, que los policías nos cuiden, que la Justicia funcione; si no queremos pagar impuestos, ¿cómo queremos recibir un buen servicio educativo o un buen servicio de seguridad?”, concluyó Aracre.
Lo que éste Sr. Aracre soslaya es que todos pobres y ricos estamos hartos de pagar impuestos y no recibir mejor seguridad, educación, salud pública, justicia, etc. etc.