No todo está perdido. Unos seis meses le tomó al gobierno nacional entender que el bioetanol de maíz se produce a partir de una materia prima llamada maíz.
Por lo tanto, aprendido esto, la segunda lección ha sido que lo que suceda con la materia prima llamada maíz (que toma su precio de los mercados internacionales con muy poca incidencia de lo que suceda en la Argentina) ha de ser definitorio para las empresas que utilizan ese cultivo como base para la elaboración del biocombustible. Si sube el maíz, o baja el maíz, entonces subirán o bajarán los costos de elaborar el biocombustible.
Con la vieja ley de Biocombustibles que el kirchnerismo vernáculo impulsó en 2006, los precios de ese biocombustible para que lo adquieran las petroleras y lo apliquen para cortar la nafta en una proporción que llegó a ser del 12% eran fijados mes a mes, teniendo en cuenta los costos de los elaboradores del bio. Pero con la nueva ley de Biocombustibles impulsada por el neo-kirchnerismo esto se modificó.
En octubre del año pasado, es decir hace seis meses, el presidente Alberto Fernández, su jefe de ministros Juan Manzur y el ministro Matías Kulfas firmaron un decreto estableciendo una nueva fórmula para fijar mes a mes los precios del bioetanol: En el Decreto 717/2021 se decía que de ahí en adelante esos valores “serán actualizados conforme y proporcionalmente a la variación del precio de las naftas en surtidor”.
Es decir, que el gobierno había atado los pagos a los productores del combustible sustituto con la evolución del precio de la nafta, a pesar de que su estructura de costos sea absolutamente diferente. La nafta depende finalmente del precio del petróleo y los costos de refinación. El bioetanol, como se dijo, del valor que tome el maíz.
Ahora, en el Decreto 184/2022, que fue publicado este lunes en el Boletín Oficial, los mismos Fernández y Manzur, aunque ahora con la firma del titular de Economía, Martín Guzmán, aceptan que estaban equivocados y modificaron el decreto anterior que definió el Marco Regulatorio de Biocombustibles para corregir ese pifie. Es decir, aprendieron que el bioetanol de maíz se hace con maíz y que por lo tanto es imposible separar su precio del de la materia prima.
“Facúltase a la Secretaría de Energía para que establezca un mecanismo alternativo para la determinación del precio del bioetanol a base de maíz, de aplicación excepcional en los casos en que se verifiquen desfasajes sustanciales entre el precio resultante de la implementación del procedimiento establecido en el artículo 4° de la Resolución 852/21 y los costos de elaboración del referido bioetanol a base de maíz”, estableció el gobierno en el nuevo decreto correctivo.
En aquella resolución, a tono con el decreto de octubre de 2021, se había determinado que los precios del bioetanol “serán actualizados mensualmente de acuerdo a la variación porcentual del precio en el surtidor de las naftas comercializadas a través de las estaciones de servicio de propiedad de la empresa YPF en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. La relación era directa.
Pero, claro, el bioetanol de maíz se hace con maíz. No con petróleo. Los costos de YPF poco tienen que ver con el asunto. Hacer bioetanol es una de las formas de agregar valor al grano.
Ahora la plana mayor del gobierno advirtió esto: la realidad les impuso notar que su anterior fórmula no iba a funcionar. Sucedió que “producto de factores exógenos originados por el contexto internacional actual” (léase la invasión de Rusia a Ucrania), “se ha generado un marcado incremento en el precio del maíz -insumo principal para la elaboración del bioetanol a base de maíz-, y arrojó como resultado que la aplicación del criterio mencionado haya quedado distorsionado respecto de los costos de su elaboración”.
Con la suba del maíz con el que se elabora el bioetanol de maíz, en otras palabras, las empresas elaboradoras se habían comenzado a ver en problemas, pues sus costos treparon mucho más rápido que el valor de la nafta en los surtidores de YPF. Puede suceder que en algún momento suceda algo parecido con el bioetanol de azúcar, que se elabora a partir de otro cultivo, la caña de azúcar.
Como sea, por ahora se ordenó a Energía que defina una nueva fórmula para estos casos. Le pidieron que, por favor, tengan en cuenta el valor del maíz.