A partir de hoy se realiza en el valle de Amblayo, en el paraje del mismo nombre, ubicado a 2.200 metros de altitud, en el departamento San Carlos de los Valles Calchaquíes, la 2ª Feria de Producciones Andinas a la que se denominó “Amblayo Vivo”. La primera se realizó con mucho éxito en abril de 2021, ya que al segundo día se había vendido casi todo. Esta vez se extenderá por tres días: 14, 15 y 16 de abril, dentro de la Semana Santa.
“Realizamos este evento, con el fin de enriquecer el patrimonio cultural de nuestra región, como forma de revalorizar sus propios productos, su alimentación y a través de ello la propia dignidad del habitante del Valle Calchaquí. Difundiendo los cultivos andinos y las producciones artesanales, de las comunidades rurales del alto Valle Calchaquí, fomentando el turismo cultural de la zona y visibilizando a los pueblos de Amblayo, Isonza y Río Salado”, comentó a Bichos de Campo Gastón Contreras (42).
Contreras es director de Cultura del Municipio de San Carlos, quien fundó y tiene a cargo la organización de la feria, que se realiza con el esfuerzo del municipio y de los pobladores del alto valle calchaquí. Gastón es profesor de artes visuales, gestor cultural y ceramista. Además ha creado en el mismo municipio el Encuentro Latinoamericano de Ceramistas “Barro Calchaquí”, que se realiza todos los años, del 18 al 23 de julio.
Los protagonistas de esta feria son productores campesinos que en su mayoría pertenecen al pueblo diaguita calchaquí, cuyas prácticas agrarias ancestrales son naturalmente agroecológicas, explica Contreras.
Amblayo es un paraje de unas 100 familias campesinas. En Río Salado viven unas 40 personas. Isonza es más pequeño, porque apenas dos familias viven en el predio rural donado por la familia Tolaba. Allí funcionan una escuela albergue y un puesto sanitario, más unas pocas familias ubicadas más distantes de allí.
El valle de Amblayo es francamente encantador, por sus corrales con cabras, ovejas, y vacunos, sus potreros, sus gauchos de a caballo, sus caseríos y los sembrados de maíces y papines multicolores. Hay que conocer su curioso sistema de riego. También se destacan los maíces blancos de la variedad capia, que en la altitud crece de tamaño pequeño –de 12 a 15 centímetros de largo- y con granos o “dientes” grandes. Los alfalfares, manzanos, perales pintan un paisaje inolvidable. Abunda la producción de habas y de porotos pallares, pero ésta es época de habas y no de porotos, como también es de notar que aún es época de buenas pasturas.
Las mujeres tejen los peleros para las monturas de los caballos, hechos en bastidor con antiguas técnicas de telar, sobre todo, una que se denomina “torsión de trama”. Muchos trabajan el cuero y algunas campesinas elaboran tinturas naturales. Otras son alfareras que amasan el barro y la arcilla, y otras, cocineras que preparan empanadas fritas en grasa, arropes y chicha de maíz.
Por ser de una altitud media –recordemos que la cercana Cuesta del Obispo trepa hasta los 4000 metros- el valle posee un clima templado, que le permite tener buenas pasturas para los animales, si bien en los inviernos suelen escasear. Se destaca la producción de quesos de cabra, ya que en todo Salta se suele decir que “Los mejores quesos de Salta son los de Amblayo”, de ahí que se lo considere “La Capital del Queso”. También se producen quesos de oveja y de vaca, pero en menor cantidad.
Los pobladores viven de todas estas producciones durante todo el año. Son su sustento y comercializan sus excedentes. Las llevarán a esta entusiasta feria para venderlas y así poder pasar el invierno.
Contreras nos cuenta que para la primera feria, la municipalidad de San Carlos consiguió el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación, el cual les otorgó un subsidio a través del programa Festivales Argentinos. Pero que este año no consiguieron el mismo apoyo, y a pesar de todo, está orgulloso de todo lo que van logrando, ya que “Amblayo jamás había sido incluida en una política cultural porque ningún gobierno lo había tenido en cuenta”, asegura.
Este inquieto director cultural y alfarero -que no abandona su arte y vende sus cerámicas, pero no en esta feria, sino en su taller ubicado en su casa- ha promovido que en la misma feria se realicen actividades culturales una ronda de saberes textiles, muralismo, un ensamble de literatura (cuentos y poesía), alfarería y música para toda la familia, titulado: “Ramito de Albahaca”. Además se hará la tradicional ofrenda a la Pachamama, la caravana de cabras, con señalada, marcada y pialada.
Durante el año se realizan cabalgatas por parte de salteños y turistas nacionales y extranjeros. También es común el tránsito de ciclistas. Todos ellos recorren extasiados los senderos que se pierden en la inmensidad del paisaje. Los lugareños están acostumbrados a recibirlos y por eso cuentan con varias posadas y hosterías, y muchas familias están preparadas para albergar a quienes acudirán a la gran feria de hoy.
En el “Encuentro de copleros y copleros” que se realizará, no es de extrañar que el silencio del valle se estremezca ante el retumbo de las cajas bagualeras y el canto de coplas que hasta pueden haberse escapado de la potestad del tiempo. Es muy emotivo que en estos pagos los lugareños sigan “mingando”, como que también sigan practicando el trueque.
Para llegar al valle de Amblayo se pasa por el majestuoso Parque Los Cardones donde, con inocencia de niños, podemos ver que esas “grandes manos, cuyos dedos nos señalan al cielo”, en realidad nos avisan que los pobladores “arribeños” nos esperan en el valle con sus ofrendas más preciadas. El pueblito de Amblayo se halla a 170 kilómetros de la ciudad de Salta.
Para llegar, donde se termina de bajar la Cuesta del Obispo, luego de Piedra del Molino, la ruta presenta una curva pronunciada hacia la derecha, que va hacia San Carlos. No hay que entrar en esa curva, sino seguir derecho y entrar en un camino de tierra. Son 40 kilómetros en muy buen estado para transitar. Hay que tener cuidado en la Cuesta de Isonza, bajando con los cambios y sin usar los frenos. Pero la vista, es maravillosa y por allí se llega a la feria de Amblayo, donde el paisaje se confunde con la gente en un amasijo de ensueño que nos cambia la vida.
Ah, y les recomendamos ir cantando “Doña Ubenza”, de Néstor Salim “Chacho” Echenique, por el Dúo Salteño, bajo la dirección del Cuchi Leguizamón.
https://www.youtube.com/watch?v=SPmr0o5UN0U