La consignataria de hacienda Dotras Ganly inició sus operaciones en el Mercado de Liniers en 1994, de la mano los socios Juan Ganly y Jaime Dotras, hoy ya fallecido. Con más de 25 años de trabajo continuo, tiempo en el que vieron a varias consignatarias abrir y cerrar sus puertas, fueron testigos del inicio de un proceso que está próximo a concretarse: la mudanza del mercado hacia la localidad bonaerense de Cañuelas. Hoy la empresa prepara su despedida y celebra el pase de página hacia un nuevo comienzo.
“Es un cambio muy importante en nuestras vidas. Si bien nosotros hace más de 25 años que estamos, yo antes había estado en otra casa consignataria, el mercado tiene 120 años y es un pedazo de historia que se termina. Vamos hacia un mercado totalmente nuevo, diferente y sustentable. Allá se nos abre un abanico de posibilidades”, dijo a Bichos de Campo Juan Ganly.
Mirá la nota completa acá:
-¿Cuál es la importancia para usted de que exista un mercado concentrador como este?- le preguntamos al consignatario.
-Sirve para fijar precios de referencia al productor. Cualquier productor del interior, para comercializar su hacienda, se rige por los precios del mercado y por todo el sistema periodístico que lo difunde. Es la venta diaria la que pone los precios.
-¿Por qué considera que todavía es importante la comercialización por consignatarias y no en forma libre?
-La función del consignatario ha sido fundamental, sobre todo porque es un reaseguro básico para el productor. No nos olvidemos que muchas veces matarifes o frigoríficos han tenido dificultades y los consignatarios han tenido que responder por la hacienda que le ha cargado.
-¿El consignatario le da seguridad a la transacción?
-Obviamente. Eso es fundamental para este negocio.
-¿Va a extrañar algo de acá del mercado?
-Sí, esto es nostalgia, son muchos años. Pero también hay que ser sinceros: es un desafío diferente, una nueva modalidad con algo totalmente nuevo. Vamos hacia algo que esperamos que sea mucho mejor.
-¿Qué recuerdos se lleva?
-Fueron muchos años de operaciones y en mi caso personal, hace dos años falleció mi socio y estuve trabajando no sólo 22 años con él acá, sino en una firma anterior. El tiempo hace que ciertos afectos se vayan yendo.