La molienda total de maíz en la campaña comercial argentina 2020/21 creció un 6% respecto al ciclo previo y se posicionó en un valor récord histórico de 6,85 millones de toneladas.
En febrero de 2022 finalizó el ciclo comercial del maíz 2020/21 con el volumen industrializado más alto de la historia del cereal, según indica un informe publicado por la Bolsa de Cereales de Córdoba.
¿Acaso viene repuntando la producción de polenta, el alimento emblemático de los argentinos en los tiempos vigentes? Nada que ver.
El 65% del maíz industrial se destinó a la producción de alimento balanceado, una industria pujante que, además de abastecer a granjas avícolas, porcinas, tambos y feedlots –entre otros sectores–, exporta buena parte de su producción.
En segundo lugar, con un 22% de participación, se encuentra la denominada molienda húmeda del maíz, a través de la cual se obtiene una multiplicidad de insumos para la industria alimenticia, de bebidas, farmacéutica e industrial, tales como jarabes de glucosa, maltosa, fructosa, almidones y maltodextrinas.
La molienda seca, por medio de la cual se obtiene la polenta, representa apenas un 3% del procesamiento del período, mientras que el 10% restante se destina a otras industrias alternativas, como es el caso de las fábricas de bioetanol, las cuales, además del biocombustible, elaboran burlanda de maíz.
En los últimos años, particularmente a partir de la campaña 2016/17, el área sembrada de maíz creció en detrimento de la de soja. Eso derivó en una mayor producción del cereal a nivel nacional y una caída en la de la oleaginosa, lo que explica el crecimiento sostenido de la molienda de maíz y el estancamiento de la industrialización de soja.