Fue muy problemático ingresar en la Expoagro este jueves, por la gran cantidad de concurrencia que se dio cita en la muestra de San Nicolás. Por ese motivo, muchos de los directivos de las más de 60 cámaras que integran el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) no pudieron ni siquiera ingresar y mucho menos participar de la reunión plenaria convocada en este lugar.
De todos modos, la foto que abre esta nota es clara: el CAA dio una demostración de fuerza y unidad junto cuando comienza el año de actividades. La imagen iba destinada a quienes sospechaban que ese bloque nacido hace dos años, y coordinado por el titular de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, José Martins, podría haber quedado algo resentido luego de la salida de tres de las cuatro organizaciones gremiales que componen la Mesa de Enlace.
Luego de la reunión en Expoagro, el CAA contó que los participantes estuvieron evaluando la situación actual y que -con una guerra desatada en el plano internacional- podría derivar en una mayor demanda de granos y otros alimentos de la Argentina.
En ese escenario, las entidades del agro celebraron la inminente aprobación en el Congreso del acuerdo con el FMI, “ya que un escenario de default hubiera implicado un golpe letal a la matriz productiva y exportadora del sector”, explicaron.
Respecto de la invasión rusa a Ucrania, el CAA apunto que “el lamentable escenario de conflicto bélico significa una mayor responsabilidad y presenta nuevos desafíos para el rol de Argentina como proveedor mundial de alimentos y energía. Para afrontarlos es menester trabajar en conjunto en una estrategia nacional de mediano y largo plazo que nos permita alcanzar 100 mil millones de dólares anuales de exportaciones”.
También, en el mismo plano, el Consejo reiteró su rechazo “a todo tipo de restricciones a la exportación de
sectores agroindustriales y a posibles incrementos en las alícuotas de derechos de exportación”. Esta es una amenaza que blande de modo constante el secretario de Comercio, Roberto Feletti, y que incluso acaba de concretar con la creación de un fideicomiso triguero para subsidiar los paquetes de harina.