A la altura del kilómetro 572 de la Ruta 34, en el paraje La Acequia, a sólo 6 kilómetros al norte de Colonia Dora, se encuentra la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) “Avellaneda”. Lleva el nombre del departamento en el que está ubicada, en la provincia de Santiago del Estero. Hay otras varias así en las provincias del norte del país, en medio del monte y la espesura.
Se trata de una escuela secundaria de alternancia para jóvenes nacidos y criados en el ámbito rural. De visita en el lugar, Bichos de Campo entrevistó a su rector, Paulo Otrera, nacido en Beltrán y egresado de la EFA de Forres, la primera de su tipo fundada en esta provincia. Fue su gran oportunidad. Paulo luego estudió el profesorado en Reconquista, Santa Fe. Además hay otros dos centros de formación de docentes agropecuarios en San Martín, Chaco, y en Capioví, Misiones.
En la Argentina hay actualmente 76 EFA y la de Avellaneda es la más joven de Santiago del Estero. Fue creada el 14 de abril de 2008. Emulan un proyecto de educación rural originado en Francia en 1939, que fue traído a la Argentina en 1969 y se inició en el norte de Santa Fe.
Mirá la entrevista con Paulo Otrera:
-No te gusta que identifiquen a esta escuela sólo con Colonia Dora. ¿Eso es porque reciben a jóvenes de toda la región y no solo de una localidad?
-Preferimos que se la llame por su verdadero nombre, Escuela Avellaneda, porque recibe a chicas y chicos de todo el departamento de Avellaneda y más lejos aún, porque llegan de un radio de 150 kilómetros y no sólo de éste departamento, sino de zonas rurales ubicadas alrededor de unos 57 parajes, pueblos o localidades distribuidos en 5 departamentos: no sólo Avellaneda, sino también Taboada, Juan Felipe Ibarra, Aguirre, Salavina y Ojo de Agua. No recibimos a jóvenes urbanos.
-¿Las EFA no son escuelas estatales?
-Las EFA son escuelas privadas bajo la figura legal de asociación civil sin fines de lucro, integradas por los padres del alumnado. Los padres son quienes administran las escuelas mediante un consejo, y los profesores somos empleados de la asociación.
-Imagino que son varios los objetivos de las EFA, además de educar…
-El objeto principal es promover el arraigo de los jóvenes en sus lugares de origen, pero que se queden con una calificación laboral para que tengan una mejor calidad de vida. La idea es que los jóvenes no tengan que migrar a las grandes ciudades. Y la itinerancia de que se puedan quedar a dormir es para que no tengan que recorrer a veces 15 kilómetros en bicicleta, bajo el sol o bajo la lluvia. Pueden llegar a estudiar aquí, jóvenes provenientes de lugares a 150 kilómetros de distancia.
-¿Y cómo llega a gestarse cada EFA?
-Se parte de la necesidad de una comunidad y se sondea la zona, las razones de por qué los chicos no siguen el colegio secundario. En mi caso, empecé a trabajar en esta región antes de la creación de la escuela, como promotor del proyecto. Primero nos ubicamos en Herrera, en un local prestado, y después nos trasladamos definitivamente aquí. Los comienzos no fueron fáciles, porque tardamos en conseguir el aval económico, que era altísimo para los padres campesinos. Constituimos la ONG con personería jurídica. Conseguimos una certificación provisoria hasta lograr ser incorporados en la enseñanza oficial. Durante 3 años dimos clases ad honorem, sin cobrar un sueldo.
-¡Qué difícil! ¿Cómo fue esa experiencia?
-Vivíamos con los alumnos, y fue muy lindo porque todas las comunidades de donde venían los chicos, colaboraron muchísimo. Así fuimos construyendo esta escuela de a poco y hoy tiene otro sabor y orgullo pertenecer a esta escuela, al haber pasado tanto sacrificio.
-¿Los chicos con qué título salen?
-Ésta es una escuela de alternancia, de modalidad técnica, con orientación agropecuaria. Y los chicos salen con el título de Técnico en Producción Agropecuaria con orientación agroecológica. ¿Qué significa esto? Por ejemplo que enseñamos que no hay que talar más el monte para hacer carbón, por ejemplo, sino buscando otros recursos y revalorizando los saberes que se estaban perdiendo.
-¿Está de moda ser agroecológico hoy?
-Hoy está de modo lo agroecológico, cuando nuestras familias campesinas lo han sido desde siempre. Sólo conocen un bidón de Roundup porque lo hallan tirado y lo usan para buscar agua. Por ejemplo, les decimos a los alumnos que ellos saben más que nosotros de criar cabras. Entonces traemos al aula el tema para rescatar y potenciar esos saberes. Algunos de los alumnos están produciendo una miel de excelente calidad, otros crían gallinas ponedoras, muchos están abocados a la mejora de los rodeos caprinos para carne orgánica. Aquí los chicos elaboran fitofármacos con productos orgánicos. Planteamos una educación que parte de la realidad cultural y social de los chicos y siguen vinculados a su entorno familiar.
-¿Cuántos alumnos tiene la escuela y cómo se financia?
-Hoy tenemos 160 alumnos, con chicos de hasta Sol de Julio, que está al límite con Córdoba, al sur de Santiago. Hemos constituido una asociación civil con 113 socios activos, que son los padres de los chicos, y que no es fácil hallar otra como ésta en la región. Los sueldos y las cargas sociales de los docentes se financian con un subsidio del Estado. El comedor no recibe subsidio, porque en 2008 se suprimieron los comedores a las escuelas con chicos mayores a 14 años de edad. Aquí los chicos tienen 5 comidas. Una parte de la mercadería sale de la propia huerta, pero no alcanza. Entonces además hemos formado redes con los municipios de los pueblos de donde vienen los chicos. Y con asociaciones y fundaciones como INCUPO, ADOBE, Por los Chicos, Ingenieros Sin Fronteras, Haciendo Camino, Conduciendo Conciencia y más.
-¿Y qué es lo que más te llena de orgullo después de tanto sacrificio y de trabajo en esta escuela?
-Que veo llegar a los chicos y chicas, y a seis años después los veo partir, ya egresados, y algunos van a estudiar Veterinaria, a Esperanza, Santa Fe, o Zootecnia, a Córdoba, por ejemplo. Y eso acá antes no pasaba.