El frigorífico Coronel Moldes cuenta con dos plantas, pero la primera de ellas y la que le dio el nombre se encuentra ubicada en la localidad homónima, en departamento Río Cuarto, a unos 300 kilómetros al sur de la capital de Córdoba. Fue adquirida por sus actuales hace 20 años, cuando la salida de la convertibilidad había generado un estallido de inversiones en el sector agropecuario.
La primera faena en aquel momento fue de tan sólo 20 vacas, pero luego de meterle trabajo, tecnología y sumar empleo llegaron a tener un pico de faena de 12.000 vacunos y 5.000 cerdos al mes, entre los dos establecimientos.
Esto fue posible a pesar de las múltiples complicaciones que tuvo el sector en los últimos 15 años, desde que en el gobierno de Néstor Kirchner se decidió en 2006 a comenzar una política de intervención en el negocio de exportación de carne vacuna que llega hasta nuestros días, a pesar de los reiterados resultados negativos.
Bastante alejados del negocio de exportación, los socios del frigorífico siguieron adelante. Sumaron primero la faena porcina y hace 4 años habilitaron otra planta que está ubicada en las afueras de Río Cuarto. En aquel momento la exportación estaba liberada, sólo se aplicaban derechos de exportación que eran más bajos que los actuales, pero no había cupos ni otro tipo de restricciones a los volúmenes que se embarcaban.
Clodomiro Carranza, uno de los socios, explicó que “esa planta estaba bien en líneas generales, pero había que reflotarla para lograr las habilitaciones para exportar que finalmente conseguimos, hicimos un esfuerzo económico y de gestión muy importante”. En Río Cuarto actualmente se faenan en promedio 5.000 vacunos y 6.000 cerdos.
El frigorífico Coronel Moldes quedó presto para exportar a principios de 2021. Pero los sueños exportadores de quienes forman esta sociedad se esfumaron al poco tiempo. Cuando finalmente fueron habilitados para vender a la Unión Europea llegaron las trabas del gobierno. Como planta nueva, en el ciclo 2021/22 recibieron unas 230 toneladas de Cuota Hilton. Con respecto a China, recibieron la autorización del Senasa pero quedó pendiente una aprobación final desde el mercado chino, que se trabó con el inicio de la pandemia. Nunca tuvieron más noticias.
Carranza se refirió a los impactos de las medidas que viene tomando el gobierno. “Esto le va a ser un daño grande al stock ganadero, tal como sucedió en otras intervenciones”. Considera que en este contexto económico en el cual los costos del engorde son altos, la oferta de hacienda que ya es baja seguirá reduciéndose. “El precio del maíz no ayuda al engorde y que viene muy complicado el tema de la oferta y en consecuencia esto impactará en los precios como ya estamos viendo”, explicó.