La guerra estalló justo cuando los barcos estaban sacando la fruta que produce el Alto Valle de Río Negro rumbo a Europa. Ahora, están “parados en el medio del mar”, según contó una fuente de una exportadora de Río Negro.
El bloqueo de SWIFT, que impide a los importadores girar los pagos a las cuentas de los exportadores argentinos, en la práctica implica un cierre de los puertos rusos. “Pasan los días, los europeos ya tienen sus stocks cubiertos, y los gastos siguen corriendo”, hicieron notar.
La consecuencia inevitable, será una caída de los precios de las cajas de peras y manzanas. “Están viendo si pueden colocar algo en Europa”, dijo la fuente, quien aclaró que eso representa aceptar precios inferiores a los pactados con los compradores de Rusia.
Según las estadísticas, Rusia representa el 23% del total de las colocaciones externas de peras y el 9% de manzanas, un volumen exportable que representa ingresos por unos 50 millones de dólares.
“Para colmo la fruta (por heladas tardías y otras inclemencias del clima), se está madurando un poco más rápido que otros años”, se lamentan en las exportadoras a la hora de analizar alternativas en el mercado interno.
“Nos ofrecen entre 1.000 y 1.100 pesos la caja de 18 kilos de peras, y ese es el costo de producción”, advirtió la fuente, quien aclaró que, en cambio, “manzana, por las heladas, hay muy pocas”, lo que hizo subir los precios.
Otro aspecto que lleva a los exportadores de frutas intentar, sin descanso, colocar sus peras en el resto de Europa, es que por la fuerte devaluación del rublo, dificulta a los importadores rusos hacer frente a los contratos.