Los números del engorde a corral daban mal antes de la invasión de Rusia a Ucrania, y a pesar del desacople que produce la política oficial en los precios de los granos, El cambio en el escenario mundial complicó todo más y repercute de forma muy negativa en un país cuya macroeconomía está en crisis hace tiempo.
Para algunos es una buena noticia: El maíz tuvo incrementos significativos en los últimos días en Chicago y también en el ámbito local, donde ya cotiza en torno a los 30.000 pesos en el mercado disponible
Pero para otros esa noticia no es tan buena. “El maíz está subiendo de precio, y por otra parte no hay disponibilidad, como así tampoco de afrechillo de trigo y otros productos. En este escenario el productor se retiró de la venta y por otra parte el que necesita hacerlo vende poco, y con eso cancela gastos o deudas”, explicó Juan Eiras, presidente de la Cámara de Feedlot. El maíz, vale recordar, es el principal insumo de los engordadores.
Pero el maíz no es el único costo que tienen los feedlot. Otra variable fundamental del negocio es el ternero de invernada, que en plena zafra y tal como sucedió en los últimos dos años sigue aumentando de precio, ya que funciona como resguardo de valor. ¿Qué quiere decir esto? Que el bovino joven es en definitiva la moneda dura del productor ante una devaluación constante de peso, pero no reconocida en forma oficial.
“Suponiendo que se consigna el maíz a 28.000/30.000 pesos, eso permitiría hacer un kilo de carne en 280/300 pesos. El problema lo tenemos en el diferencial de compraventa y en los gastos. El ternero de invernada vale en torno a los 350 pesos por kilo más gastos, mientras que el ganado con destino a la faena cotiza a 300/310 pesos menos gastos. Las pérdidas son de 80 pesos por kilo vivo o de 20.000 pesos por ternero”, resumió Eiras.
El engordador dijo que ante este escenario, y teniendo en cuenta que por las pérdidas acumuladas el año pasado viene cayendo la oferta de hacienda el mercado, se marcha hacia un escenario de mayor firmeza en los precios de la hacienda. Aumentos, que siguen la tendencia que se anota en la punta inicial de la cadena.
“Sin dudas habrá una suba. La que se dio en el verano obedece a la falta de hacienda que se traía del año pasado. Pero habrá otra crisis en mayo o junio, por lo que no se está encerrando ahora”, comentó Eiras. Traducido: los terneros que no ingresan ahora a los feedlots serán la carne que nos falte en el invierno.
“En los corrales no tenemos volumen en general y en particular falta hacienda liviana. Lo que esperamos es que se dé el famoso ‘efecto freezer’ a partir de ahora, que permita equilibrar las cuentas. Hay un 50% de la población que todavía puede comer carne vacuna, la otra mitad se fue al pollo y el cerdo. Es de esperar que la firmeza se vaya incrementando, pero no por la crisis en Ucrania sino porque el negocio ya no servía en noviembre y diciembre y que con este conflicto se profundizó”, indicó el empresario.