Marcelo Herasimchuk es chaqueño, pero pasó más tiempo viviendo y produciendo en Santiago del Estero que en su provincia. Llegó muy joven y ahora incluso duda si algún día pueda volver. “Vine muy joven a la zona, mis hijos nacieron y se criaron acá, estamos ya establecidos”, dice.
Marcelo se ha mimetizado tanto con el este santiagueño, una nueva gran zona agrícola que la Argentina puso a producir en los últimos 25 años, que ahora es el presidente de la Sociedad Rural del Noreste Santiagueño, que también es una de las más jóvenes del país, con 54 años de historia. Representa a los productores de la zona de secano que tiene esta provincia y abarca los departamentos de Moreno y Juan Felipe Ibarra. Las ciudades que la jalonan son Bandera, Quimilí, Tintina y Campo Gallo.
Marcelo vino hace 26 años con sueños de gloria. “Llegué llamado por las grandes extensiones. Había más oportunidades. Yo tenia 24 años, era muy joven y un poco aventurero. hoy estamos más aplomados”, bromea.
Mirá la entrevista con Marcelo Herasimchuk:
“Estas son zonas agrícolas relativamente nuevas. Ahora hay mucha actividad, pero han tenido un crecimiento vertiginoso en los últimos 20 años. Hace 25/30 años era todo mucho más difícil. Era una zona más ganadera que agrícola y a la hora de conseguir repuestos era un calvario. Nosotros vinimos a hacer algodón. No existía la siembra directa, y fue a partir de esa innovación que empezamos a tener mejores rindes y la frontera agrícola se fue corriendo”, relata este colonizador del siglo 21.
En los últimos años, incluso, como en otras regiones del país, el avance de la agricultura ha sido tan intenso que hasta fue ocupando el territorio dedicado a los bovinos. “La ganadería se está haciendo más intensiva, pero las intervenciones le quitan credibilidad al negocio. En Quimilí seguimos siendo la capital ganadera de Santiago del Estero, pero vemos con un poco de nostalgia como la ganadería se está yendo”, apunta Marcelo.
-Hoy del Departamento Moreno produce tanto maíz como los principales departamentos agrícolas de Córdoba. ¿Te imaginasta alguna vez que pudiera suceder esto?
-Nuestra institución tiene 54 años. Los fundadores nunca se imaginaron lo que estamos viviendo hoy- Ni Julio Verne se hubiera imaginado esto. Estamos en continuo crecimiento en esta zona.
-¿Por qué te metiste en la dirigencia rural?
-Al venir un poco de afuera, me sentí un poco contenido con la familia de la sociedad rural. Hemos tenido algunas luchas importantes tiempo atrás (se refiere al conflicto de 2008 por las retenciones móviles), y debe ser algo que está dentro de uno, que lleva una parte de actividad sindical. En algún momento los socios decidieron elegirme y para mi es un honor.
-¿Y de qué hablan los productores cuando se reúnen?
-Uno de los últimos problemas fue durante la pandemia del Covid. Santiago fue muy restrictivo con los movimientos, y al ser tan amplia la zona no tenemos la capacidad de siembra, de cosecha o de transporte. Por eso necesitamos si o si del transportista y del contratista que viene de otra provincia. Discutimos esas cosas: llevamos sugerencias en cuento a las política a llevar adelante. Somos una institución chica, no tenemos participación en ningún gremio nacional.
-Imagino que hablarán también de impuestos y de las benditas retenciones…
-Los derechos de exportación (DEX) a nosotros nos pegan mucho más, al estar lejos de los puertos. Es un sistema cruel que no contempla la inversión que hace el productor, que va a la facturación final. Por ahí paga los derechos de exportación el productor aún cuando pueda estar perdiendo dinero. Podrían gravar al productor que hace soja a partir del impuesto a las Ganancias, que es más solidario también, porque los DEX pertenecen al Estado Nacional, no coparticipan, en cambio Ganancia sí.
-¿Y vuelve algo de dinero en obras?
-En 18 años, desde 2000 hasta 2018, la provincia de Santiago del Estero aportó en DEX unos 3.800 millones de dólares, de los cuales le departamento Moreno aportó casi 1.000 millones de dólares. Faltaría actualizar los últimos tres años, pero se pusieron 989 millones de desde acá. Nosotros hicimos un estudio con Juan Manuel Garzón, economista de la Fundación Mediterránea, y si al departamento Moreno volvieron 5 millones de dólares es mucho. Por eso decimos que no deberían existir de esta forma, deberían buscar otro mecanismo. De esta forma es cruel lo que pasa.
-¿Es ambientalmente sustentable la producción que se hace en esta región?
-Acá tenemos que poner algo una línea de trabajo entre ambiente y producción, son dos cosas que tienen que unirse en un punto. Nosotros respaldamos lo que es control y regulación, dejando de lado lo que es prohibición. Estamos de acuerdo que el medio ambiente lo tenemos que proteger. Y somos los primeros que cuidamos el suelo porque de eso vivimos. Acá se aporta mucho con lo que es siembra directa y rotación de cultivos. Se hace 50% gramíneas y 50% o menos de soja, porque si no sería inviable.
-¿Entonces vos crees que es un esquema sustentable?
-Esto no quiere decir que no haya desafíos, siempre aparecen cosas nuevas. No sabemos qué error estaremos cometiendo hoy y que dentro de diez años deberemos corregir. Podemos mirar para atrás, y antes hacíamos siembra convencional. hoy vemos lo que hicimos mal pero no sabemos a futuro.