Mientras avanza la cosecha de granos gruesos con suerte dispar, el sector empieza a orejear las cartas para la próxima campaña 2022/23 y a preparar el suministro de insumos. Pero las cosas no pintan bien.
Mariano Cirio, ingeniero en producción agropecuaria y socio de la firma Lartirigoyen, dijo a Bichos de Campo que el herbicida glifosato, que ya venía con valores recalentados, “pegó un salto muy grande”.
“Valía 5 dólares el litro en el arranque de este ciclo agrícola y ahora se vende entre 14 y 15 dólares, triplicó su valor y las perspectivas es a que su precio siga firme”, advirtió.
Además de las restricciones de oferta presentes en China (nación que provee la mayor parte del glifosático técnico importado por la Argentina), Bayer Cropscience en Alemania difundió recientemente una nota en la cual reconoce que por los próximos tres meses le costará cumplir con sus compromisos de suministro de ese agroquímico, ya que uno de sus proveedores de materias primas para la producción de glifosato sufrió inconvenientes.
En ese contexto, Cirio dijo que esto claramente modifica y recalienta el mercado mundial de glifosato, por lo que sugirió tanto a las agronomías como a los productores que vayan haciendo sus previsiones para la nueva campaña fina y los barbechos invernales.
En ese “rompecabezas” juegan también las crecientes restricciones a las importaciones generadas por el “cerrojo” que impuso el gobierno nacional para poder acceder a divisas al tipo de cambio oficial. Tales limitaciones no solamente afectan a los fitosanitarios, sino a un gran universo de insumos, piezas, repuestos y equipos empleados por el agro.
A diferencia de lo que sucedió un año atrás, cuando la mayor parte de los productores realizó grandes compras anticipadas de agroinsumos, este año, con la incertidumbre generada por la sequía, no se observa apuro alguno por “calzarse” en inusmos hasta tener plena certeza de los rindes finales logrados.