El presidente y el vicepresidente del Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (Senasa), los santacruceños Carlos Paz y Carlos Milicevic, serían removidos de sus cargos, que así quedarán a disposición del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, que avanzará con cambios allí como ya hizo con otros organismos descentralizados, como el INTA y el INASE (Instituto de Semillas). De todos modos, había resistencia a aceptar dócilmente la avanzada de bonaerense.
Por ahora en el terreno de los trascendidos, se supo que en la presidencia del Senasa asumiría la ex jefa de Gabinete de asesores de Agricultura, la cristinista Diana Guillén, quien ya ocupó el cargo entre 2013 y 2015, en el último tramos de la gestión kirchnerista y antes del macrismo. Esto le permitiría a Domínguez decir que está cumpliendo con las normas sobre cupos femeninos. Hasta ahora, en todos los cargos en disputa se había nombrado a varones.
Pero la sorpresa no sería ese nombramiento sino la del vicepresidente del servicio sanitario argentino. Se trata del veterinario Rodolfo César Acerbi, el “colorado”, quien también ocupó posiciones jerárquicas dentro del Senasa desde los años noventa, y durante varios gobiernos. Acerbi, se sabe, es un compañero de ruta del ex titular del organismo, Bernardo Cané, quien mantiene una ligazón histórica y asesora al ministro Domínguez en muchos temas ganaderos. El mismo Acerbi confirmó el ofrecimiento a varias fuentes.
Pero hasta este viernes bien entrada la noche había conflicto. Paz y Milicevic decían a los suyos que la decisión final no estaba tomada y que aún seguían en sus cargos. También decían que lo del cupo femenino era una excusa de Domínguez para desplazarlos, pues nunca hubo como ahora seis mujeres en los cargos más altos del organismo.
“Hay sorpresa y malestar porque Domínguez priorizó otros intereses dentro de su gabinete, sin nombrar mujeres. Paz y Milicevic no han renunciado ahora sino que presentaron su renuncia sin fecha a pedido del nuevo ministro, cuando éste ingresó. Por eso en caso de renunciar, lo harán solamente ante el Presidente Alberto Fernández”, dijeron fuentes cercanas a ambos funcionarios.
El Senasa era, además del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) donde mandan los mendocinos, el único organismo descentralizado que se mantenía a resguardo de la avanzada colonizadora que lanzó Domínguez sobre todos los territorios de la cartera agropecuaria. El chacabuquense, con aval de Alberto y respaldo de la liga de gobernadores timoneada por Juan Manzur, asumió el cargo en septiembre, pero recién en enero comenzó a remover funcionarios de la anterior gestión, para articular nuevas alianzas.
Esta ofensiva se tradujo hasta ahora en los siguientes reemplazos:
- Diana Guillén, que proviene del Instituto Patria, cedió su lugar como jefa de Gabinete del Ministerio al entrerriano Jorge Ruiz, un hombre directo de Domínguez, que aún espera su nombramiento. De entrada se especuló que Domínguez quería nombrar a Ruiz directamente en el Senasa, porque proviene de la Fucosa de Entre Ríos. Pero hubo mucha resistencia.
- El massita Jorge Solmi, viceministro del área, cedió la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca a Matías Lestani, un técnico que Domínguez le arrebató a CRA, en donde era asesor. A Solmi le prometieron una secretaría consuelo que todavía no se reglamenta.
- El sanjuanino Marcelo Alós cedió sin chistar su puesto como secretario de Alimentos y Bioeconomía al socialista santafesino Luis Contigiani, otro amigo personal del ministro.
- En el INTA, la investigadora Susana Mirassou cedió su puesto a un tucumano directamente ligado con Manzur, llamado Mariano Garmendia.
- En el INASE se produjo uno de los nombramientos más descollantes, ya que Domínguez tentó para asumir allí a Obdulio San Martín, un histórico ejecutivo que se acababa de retirar de la semillera Don Mario, y quien asumirá con ganas de reeditar el debate pendiente sobre la ley de semillas.
- El único sector a salvo de la ofensiva del ministro es la Secretaría de Agricultura Familiar, que es un territorio dominado por el Movimiento Evita de Emilio Pérsico y podría ser separada de la estructura de Agricultura, para ir a parar a una agencia especial que se planea crear para atender asuntos de la Economía Social.
También faltaba el Senasa, donde Bichos de Campo tenia semi confirmados (faltaba solamente le información oficial) la renuncia de carlos Paz y Carlos Milicevic. Estos son dos históricos del Senasa. Milicevic además fue una pieza clave en el armado del fallido cepo a la exportación de carnes, pues asesoró directamente al ministro Matías Kulfas, quien originalmente se ocupó del asunto antes de la llegada de Domínguez.
Ambos son de origen santacruceño, aunque desde hace rato Milicevic rompió el lazo con su provincia natal y se afincó en la provincia de Buenos Aires, con la compra de un par de campos en los que cría caballos criollos. Ya había ocupado altos cargos en el Senasa y el Ministerio de Agricultura durante el desembarco del primer kirchnerismo, a partir de 2003.
Paz sería reemplazado por Diana Guillén. Se trata de dos veteranos dirigentes del kirchnerismo agropecuario.
Pero la sorpresa sería la designación en el cargo más ejecutivo de vicepresidente del Senasa de Rodolfo Acerbi, un veterinario de la zona de Tolosa que en los últimos años ha trabajado asesorando a grandes frigoríficos exportadores, en especial Gorina, del empresario Carlos Riusech, el vicepresidente del Consorcio ABC, y que también mantiene una relación muy aceitada con Bernardo Cané, ex presidente del Senasa en tiempos de la lucha contra la fiebre aftosa en los años 90, y quien regresó a ese cargo en 2001 de la mano del ex ministro Domingo Cavallo.
Sabido es el el sector que Cané es un asiduo asesor de Domínguez y otros dirigentes del peronismo en materia agropecuaria, y se lo suele ver merodeando por los despachos del viejo ministerio de Paseo Colón, aunque en la actualidad está al frente de establecimientos ganaderos en Formosa.