El año arrancó con una faena baja de bovinos. Por eso resultó sorprendente el dato de la caída real del precio de la carne vacuna en el primer mes de 2022, ya que aumentó 2,5% contra una inflación promedio que fue mayor y que rondaría el 4%.
Claramente hubo mucha gente fuera de la ciudad y eso restó presión sobre una oferta que fue de solo 1,025 millón de animales, según el dato de vacunos enviados a los frigoríficos en enero, que fue publicado hoy por el Senasa.
Ese total indica una baja de 10% con respecto al volumen remitido a las plantas de faena en diciembre pasado, que alcanzó a 1,133 millón de vacunos. Aunque por otra parte fue 2,5% superior al de enero del año pasado.
La menor faena tiene que ver con los bajos encierres de los últimos meses y con la necesidad de los operadores del negocio ganadero de estirar las recrías y engordes a pasto, para contar con hacienda terminada hacia fines de febrero y marzo, cuando se supone la demanda del producto sería mayor.
Del total de la faena de enero el 45% fueron hembras, nivel que está en línea con lo que sucedió durante todo 2021 y que no debería generar alertas, sobre todo si se tiene en cuenta su composición. La mayor parte de esta categoría fue aportada por las vaquillonas y terneras. Son las que se pudo encerrar en estos meses el engorde a corral y que ahora está ofreciendo como hacienda terminada.
En tanto, las vacas sumaron apenas 164.000, un 9% menos que en diciembre pasado. Pero claramente su oferta crecerá en los meses que vienen a medida que se vayan haciendo los tactos, que según analistas y productores darán malos resultados como consecuencia de la sequía.