Por Nicolás Razzetti (@NicoRazzetti).-
Las exportaciones de carne vacuna aumentaron 60% en el primer cuatrimestre del año según las estadísticas oficiales, al alcanzar las 145.300 toneladas res con hueso. De continuar con ese ritmo, hacia fin de este año se habrán vendido al extranjero 440.000 toneladas,
Si se confirma ese volumen significaría el registro más alto desde el año 2009, cuando las exportaciones rondaron las 660.000 toneladas, impulsadas la liquidación del stock a causa de la seca y la intervención negativa del gobierno kirchnerista en los mercados ganaderos.
En abril pasado el salto interanual en los embarques fue importante. Según un informe del consorcio de exportadores ABC, las exportaciones estuvieron cercanas a 36 mil toneladas peso res, un 57% más que doce meses atrás. Pero en valor el salto fue menor, de 47%.
Al respecto, el presidente del Consorcio ABC, Mario Ravettino, indicó: “El precio medio de las exportaciones retrocedió ligeramente. A nivel de los diferentes rubros no hubo cambios significativos y pueden ser vinculados con la composición de los embarques y a una mayor participación de destinos de menor valor unitario”.
Las ventas de carne vacuna al extranjero crecen por el continuo crecimiento de la demanda de China, a donde se envió cerca del 40% del total. En los últimos meses también reapareció Rusia. A ambos países se les vende preferentemente carne de vaca. Es decir, cortes de bajo valor. Pero el volumen de compras del gigante asiático es tan grande que lo convierte en el mayor aportante de divisas a los frigoríficos.
Las expectativas de crecimiento del sector están puestas principalmente en la mayor demanda de ese país asiático, que viene experimentando un cambio social muy importante en los últimos años. De hecho, sus importaciones aumentaron 125% en sólo 5 años, según los datos que publica el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos).
Para este año entre China continental y Hong Kong importarían 1,8 millón de toneladas de carne vacuna, que es el 60% de todo lo que produce nuestro país.
Hay que tener en cuenta que si cada chino incrementara 1 kilo su consumo de carne, las necesidades de importación de ese país aumentarían 1,2 millones de toneladas al año. El potencial es enorme y allí están puestas las expectativas de funcionarios y de empresarios.
Pero además de China hay otros mercados a los que apuntar. Recientemente se abrió Japón para la carne libre de aftosa sin vacunación de la Patagonia. Y otro gran destino del que se espera una pronta apertura (demorada durante muchos años) es Estados Unidos.
Allí estuvo esta semana el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere. Disertó en el Congreso Mundial de la Carne que se realizó en Dallas y declaró que “uno de los ejes centrales de nuestra política es la reinserción inteligente al mundo”. Luego destacó que “Argentina se ubicó nuevamente dentro de los 10 principales exportadores mundiales de carne vacuna”. había salido de ese top ten una década atrás, luego del derrumbe de sus exportaciones.
El consultor Víctor Tonelli cree que están dadas las condiciones para seguir creciendo en las ventas a los mercados internacionales. Espera por la pronta apertura de los Estados Unidos y considera que, si se hacen las cosas bien desde el sector público y privado, en los próximos dos años la Argentina podría alcanzar exportaciones por 600 mil toneladas. Esto pondría al país nuevamente en el pelotón de los jugadores más importantes del negocio.
Pero no son todas rosas en el sector exportador de carne vacuna. Lamentablemente, la Argentina todavía no logra recuperar la producción de novillos necesaria para atender a los mercados de mayor valor. El stock de esa categoría se redujo a la mitad (de 6 a 3 millones de animales) durante el kirchnerismo y todavía no se recupera. Faltan incentivos,
Tonelli dijo al respecto que “faltan contratos de largo plazo entre frigoríficos y productores, además de tasas razonables para retener y llevar los animales a kilajes de novillos lo que permitiría meterle a los machos 100 kilos más en ocho meses”.