Julián Domínguez, el ministro de Agricultura, repite en cada acto en el que participa que la producción agropecuaria argentina debe “certificar” que no contamina el ambiente o en el mejor de los casos que deja una huella de carbono neutra, pues captura tantos gases del efecto invernadero como los que genera.
Ahora bien, ¿cómo medir algo tan complejo? Muchas empresas del sector público están ayudando a los productores a poner sus datos en fila, pero no hay un proyecto claro y concreto del Estado Argentino para comenzar a hacerlo y ofrecer a sus clientes en el mundo un balance de carbono creíble y homologado sobre todo su sector productivo.
En esta búsqueda, la prédica de Domínguez se encontró en las últimas horas con un posible aliado: El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Se trata del organismo agrícola de la Organización de Estados Americanos (OEA), que es presidido por el argentino Manuel Otero. En las últimas horas hubo reuniones vinculadas a este asunto.
El propio IICA informó que Domínguez tiene como prioridad “avanzar con un sistema internacional de certificación de prácticas de producción sustentable y aumentar la investigación científica en biotecnología”. y explicó que en una reunión con el ministro se acordó que el Instituto Interamericano “brindará apoyo para alcanzar estos objetivos”.
Otero y Domínguez se reunieron apretadamente en la oficina del IICA en Buenos Aires. También participó del cónclave el al subsecretario de Coordinación de Políticas del Ministerio de Agricultura, Ariel Martínez, quien ya trabajó cooperativamente con el IICA para ordenar la posición de la región en la Cumbre de la Alimentación y en la todavía más relevante COP 26, que se realizó en Glasgow. Allí quedó claro que los países deberán hacer esfuerzos adicionales para ajustar sus emisiones de carbono y otros gases del efecto invernadero.
“En respuesta al llamamiento internacional realizado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP26, buscamos certificar nuestros sistemas de producción de alimentos bajos en carbono. Lo primero que debemos hacer es definir las autoridades certificadoras, lo que haremos en colaboración con las facultades de Agronomía y Medicina Veterinaria de las universidades públicas y privadas ”, reveló Domínguez en esa reunión.
El director general del IICA ofreció la ayuda del instituto para poner en marcha el sistema de certificación en la Argentina. De entrada, ofreció la posibilidad de organizar un seminario en conjunto con Argentina sobre la importancia y el trabajo de las autoridades certificadoras de sistemas de producción agroalimentaria bajos en carbono.
Otero estuvo acompañado por Jorge Werthein, el representante del IICA en la Argentina, pero también por Gabriel Delgado, quien ocupa ese mismo puesto en Brasil y fue uno de los primeros candidatos del gobierno a ocupar la silla del Ministerio de Agricultura en la que ahora se sienta Domínguez.
El diplomático de la OEA, que aprovechó su visita al país y se reunió con Juan Manzur, el jefe de Gabinete; y con el canciller Santiago Cafiero, también puso a disposición la experiencia del Instituto para avanzar en las prácticas ganaderas sostenibles y la investigación en biotecnología, así como en fortalecer las escuelas técnicas agrícolas.
Cuenta el comunicado del IICA que durante su visita a la oficina del instituto en Buenos Aires, el ministro Domínguez destacó la noticia “muy alentadora” de la reciente aprobación de la Comisión Nacional de Bioseguridad de Brasil (CTNBio) de la compra de harina de trigo HB4, desarrollada en Argentina por Bioceres.
“Es importante seguir avanzando en la investigación científica y la biotecnología. Para ello, queremos seguir más de cerca lo que están haciendo las empresas líderes en el mundo en este tema ”, reveló Domínguez.
De nuevo allí Otero puso a disposición el trabajo del IICA para colaborar en los objetivos trazados por el gobierno argentino encaminados a mejorar la productividad y la sostenibilidad económica, social y ambiental de la agricultura argentina, reconocida tanto a nivel regional como mundial. Sobre este tema, afirmó que la ciencia y la innovación deben ser parte ineludible del futuro de una agricultura que responda a la creciente demanda de una producción más sostenible de alimentos saludables.
“El IICA debe trabajar en pos de las agendas de los ministros de Agricultura de las Américas, haciendo nuestras las prioridades de Argentina”, expresó Otero, que asumirá por un nuevo periodo al frente del organismo internacional en Costa Rica a mediados de enero, en un acto al que invitó al ministro argentino.