El Instituto de Tecnología Agropecuario (INTA) presentó este martes en la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña, en el Chaco, tres nuevas semillas transgénica de algodón con las que se apunta a consolidar la incipiente recuperación de este cultivo en las provincias norteñas.
El gen no es la novedad. Se trata de una variedad desarrollada por Monsanto que todavía está ebn vías de aprobación (Algodón MON 15985 X MON 88913). La noticia es que esa modificación genética, que ofrece resistencia a Lepidópteros y tolerancia al glifosato, será incorporada en tres variedades desarrolladas por el INTA: son las denominadas Guazuncho 4 INTA BGRR, Porá3 INTA BGRR y Guaraní INTA BGRR. Este germoplasma “se diferenciarán por su alto porcentaje de fibra, calidad y sanidad haciendo al cultivo resistente a la bacteriosis y la enfermedad azul”, informaron autoridades del organismo.
Del lanzamiento participaron el gobernador del Chaco, Domingo Peppo, y el presidente del INTA, Juan Balbín. En el mismo acto se informó que la empresa Gensus (la ex Genética Mandiyú, vendida hace no mucho por Monsanto a un grupo de inversores liderado por la firma agrícola Cazenave y Asociados) será la licenciataria de estas nuevas variedades de algodón desarrolladas por el organismo tecnológico.
“Son tres variedades con germoplasma perfectamente adaptado a la región NEA y NOA, que cuentan con la biotecnología BGRR de la empresa Monsanto y que se sumarán desde ahora, a la actual oferta de productos de Gensus”, se explicó.
El director de Gensus, Eduardo Serantes, señaló que “se trata de una excelente noticia para la producción algodonera que desde hace mucho tiempo viene necesitando ampliar la oferta de semillas de algodón con nuevas tecnologías”. Si bien dichas variedades no contarán de entrada con los eventos biotecnológicos que aún están en proceso de desregulación, la nueva genética de INTA ofrecerá nuevas opciones a los productores en un contexto positivo para el cultivo.
“El desarrollo del algodón es fundamental para el fortalecimiento de la región”, coincidió Peppo durante el acto. “Los avances científicos otorgan una relevante impronta a la cadena algodonera, poniendo al cultivo en el centro de la agenda productiva regional”, añadió.
Por su parte, Juan Balbín destacó el “enorme equipo de trabajo del INTA” que logró este avance científico y tecnológico “en condiciones muy favorables, en algunos momentos, y en situaciones muy adversas en otras, cuando caía la producción, padeciendo que el cultivo iba para atrás pero los investigadores continuaron trabajando para alcanzar el desafío”.
La directora regional del INTA, Diana Piedra, dijo que “para nosotros el algodón no solo es un cultivo o una actividad agroindustrial, es una estrategia de desarrollo”. Añadió: “Estamos convencidos que trabajar en la solución de los problemas complejos que ha tenido desde siempre la cadena agroindustrial del algodón, es el mejor proyecto de desarrollo territorial que el INTA puede tener en esta región”.