El mercado internacional de la carne vacuna está pasando un gran momento y los números presentes en Uruguay así lo confirman: en lo que va del presente año las exportaciones totales del producto sumaron 1993,7 millones de dólares, una cifra 51,5% y 29,5% superior a la registrada en el mismo período de 2020 y 2019 respectivamente (Inac).
Además de un apetito voraz –liderado por China–, los valores de los diferentes cortes cárnicos bovinos están muy elevados en términos históricos, lo que garantiza plena actividad en las plantas industriales frigoríficas uruguayas.
Pero en la Argentina, la situación es muy diferente debido al “cepo exportador” aplicado este año por el gobierno de Alberto Fernández, que concentró la operación exportadora en las industrias más grandes y perjudicó a buena parte de los operadores medianos y pequeños.
Un informe oficial (Indec) recién “salido del horno” muestra el daño generado por el “cepo cárnico”, dado que en los primeros diez meses de 2021 los ingresos de divisas generados por las exportaciones de cortes congelados –destinados mayormente al mercado chino– fueron de 1435 millones de dólares, una cifra 168 millones inferior a la registrada en el mismo período de 2020.
El dato es particularmente alevoso por dos motivos. El primero es que la Argentina, país que vive de la exportación de alimentos, tiene un déficit comercial descomunal con China, que es, junto con EE.UU., una de las principales naciones importadoras de alimentos del mundo.
En los primeros diez meses de este año el balance comercial con la nación asiática, es decir, la diferencia entre todos los bienes que Argentina vende y compra a China, fue nada menos que de -5226 millones de dólares.
El segundo aspecto es que la economía argentina está atravesando una crisis cambiaria en la cual las divisas escasean y el gobierno está implementando restricciones de diverso tipo y color para retrasar o directamente impedir importaciones de bienes que, en muchas ocasiones, son críticos.
Adicionalmente, el Banco Central (BCRA) emplea regularmente reservas internacionales para contener un tipo de cambio oficial artificialmente bajo, que actualmente se encuentra en 105,5 $/u$s, mientras que las diferentes variantes del Contado con Liquidación (CCL), que suele emplearse para obtener divisas en el exterior y concretar importaciones ante la imposibilidad de abastecerse con ese insumo en el mercado de cambios local, cotizan entre 216 y 217 $/u$s.
Si bien algunos economistas argentinos estiman que las reservas internacionales líquidas del BCRA se agotaron y que la entidad está empleando encajes para afrontar compromisos, el gobierno sigue derrochando divisas (que probablemente ya ni siquiera tiene) para intentar contener el tipo de cambio oficial en un nivel artificialmente bajo.
A falta de divisas propias el BCRA estaría aumentando la proporción que usa de los encajes para hacer política cambiaria. Esto implica aumento de riesgo de salida de argendólares pic.twitter.com/JFAHBJBles
— GRA Consultora (@GRA_Consultora) November 18, 2021