No se trata solamente de subsistir: “Ser agricultor familiar habla de la escala y del tipo de producción, de una relación con el medio ambiente amistosa y de cuidado. La familia produce en el mismo lugar que donde vive, por lo que el principio del cuidado de su ambiente toma mucha más carnadura. Nadie puede decir que este tipo de productores este castigando el ambiente o no haciendo un uso cuidado de recursos”.
Así lo describió Vanina Fuyiwara, que se ocupa de la comunicación en la Federación Agraria Argentina. En esa entidad acaban de lanzar la campaña “Somos Agricultores Familiares”, con el fin de difundir y visibilizar quiénes son y cómo trabajan las personas que llevan adelante emprendimientos agropecuarios a una escala familiar, que sin embargo son afectadas con las mismas políticas que el Estado piensa para “el campo”, como un genérico que los invisibiliza.
Sobre esta idea retomó también Fuyiwara: “La campaña lo que busca es visibilizar esa diferencia que nos distingue y que entonces, cuando la gente piense en ‘el campo’ como este genérico, se les pueda poner un rostro, se pueda ver cómo es la producción de los productores que nosotros representamos”.
Un rostro y una forma de producir. Una familia entera. Como es el caso de la que compone Carlos Camargo, presidente de la filial del gremio en San Rafael, Mendoza, que en su emprendimiento “Finca Rincón Deseado” se dedica a la producción de uvas orgánicas para vinos artesanales, a la elaboración de aceites de oliva y al turismo rural, lo que les permite dar a conocer sus productos y lograr venderlos.
Esta alternativa que encuentra la familia Camargo para vender sus productos es algo muy común que ocurre en las pequeñas producciones y es otro de los puntos donde la campaña busca echar luz. “Nosotros con esto no buscamos plantear las necesidades desde el llanto, sino desde dar a conocer a ese productor que trabaja su propio emprendimiento, lo lleva adelante y no tiene tanto margen para tercerizar o para hacer grandes inversiones”, contaron desde la entidad a Bichos de Campo.
La campaña tiene como protagonista, hasta ahora, a cinco familias agrarias de todo el país. En Junín, Provincia de Buenos Aires, Daniela Ferreto, hija de productores agrícolas ganaderos, muestra su campo mixto. Ahí ella se ocupa de la venta de los “huevos de campo” que producen.
Por otro lado, en Ayacucho, Sergio Chiramberro filmó el criadero de gallinas que tienen para producir huevos, pavos y “pollos parrilleros”, que luego comercializan en la estación del pueblo.
En Rio Cuarto, Córdoba, los que están al frente de la filial federada son Dante Diaz y Mayra Centeno, dos personas que se ocupan de hacer Stevia agroecológica, hierbas para el mate y extractos, entre otras cosas y muestran la forma que tienen de producir la hierba de manera artesanal.
El quinto video subido -y el último por ahora- lo encuentra a José Romero, presidente de la filial Aimarauco, en la localidad Aimogasta, de La Rioja, eligiendo las mejores aceitunas para comercializar. Allí cuenta que su emprendimiento de elaboración de olivos está compuesto por 35 integrantes en forma de cooperativa.
“Compramos los insumos en común con la idea de salvar el producto y no estar dependiendo de los tiempos que imponen a veces los industriales de la zona. También para que se cumpla el valor agregado, trabajando con muchos esfuerzos y limitaciones pero con la convicción de que unidos vamos a salvar a la producción”, dijo convencido Romero en su video difundido por la gremial.
Fuyiwara también contó sobre las convicciones que en Federación Agraria comparten con su representación ampliada de todo el Mercosur, la Confederación de Organizaciones de Productores Familiares del Mercosur (COPROFAM): “Desde las nueve gremiales alrededor de los siete países que contempla COPROFAM, coincidimos -y trabajamos en casos de éxito- en que las políticas publicas diferenciadas y especificas permiten el desarrollo de este tipo de productores. Les dan oxigeno, les permiten dar un salto cualitativo y cuantitativo. La vinculación con las políticas publicas diferenciadas no tienen que ver con salir a buscar un auxilio, sino con poder pensar herramientas para estos productores que a esta escala les pueda posibilitar no solo la subsistencia ni la forma de mantenerse cerca de la tierra, sino también que les permita crecer manteniendo su tradición de cuidado”.
Por último, la comunicadora reflexionó sobre lo que representa el trabajo agrario para los afiliados a la gremial: “Nosotros pensamos a la producción no solo como una actividad económica sino también como un valor en cuanto al entramado sociocultural de vida en el interior y de vinculación y de pertenencia en las familias”.