La Ley Nº 27592, denominada “Yolanda” en homenaje a Yolanda Orti, quien fue en 1973 la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Argentina, se aprobó con el objetivo garantizar la formación ambiental de todas las personas que se desempeñan en la función pública.
Ahora, por medio de la disposición 12/2021 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se aprobaron los lineamientos generales para elaborar los contenidos de las capacitaciones obligatorias que deberán recibir todos los funcionarios públicos.
La capacitación tendrá como mínimo un total de 16 horas y podrán ser tanto presenciales como a distancia. Cada organismo estatal podrá diseñar la evaluación conforme al formato que considere adecuado.
La cuestión es que, al evaluar los lineamientos epistemológicos que deberán considerarse para elaborar los contenidos, está claro que los mismos, lejos de tratarse de meras cuestiones científicas o académicas, están atravesados por concepciones ideológicas.
En julio pasado el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), integrado por más de sesenta organizaciones que representan a todas las cadenas de valor productivas, había expresado su preocupación al respecto al evaluar un borrador del que finalmente sería el documento final.
A continuación se transcriben de manera textual algunos de los conceptos más controvertidos sobre los “lineamientos” que deberán contemplar los contenidos ambientales obligatorios para funcionarios públicos.
“Se asume la crisis ambiental como una crisis civilizatoria y no sólo ecológica en términos de degradación ambiental. Crisis que emerge de un modelo de vida que desconoce los ciclos de la naturaleza, debilitando los vínculos sociales a través del paradigma de conocimiento instrumental y mecanicista que instauró la Modernidad”.
“Se plantea comprender que el ambiente, como sistema complejo, debe abordarse de forma transversal e integral, ya que es irreductible a disciplinas de conocimiento particulares. Requiere de una visión transdisciplinaria de la ciencia y desfundamentando y desnaturalizando la mirada con la cual la ciencia positivista ha abordado la cuestión ambiental”.
“Se promueve construir nuevas narrativas emergentes en el diálogo entre los saberes técnico-científicos, populares y ancestrales tendientes a descolonizar el pensamiento eurocéntrico y las lógicas hegemónicas del conocimiento. Abrir la reflexión hacia nuevas perspectivas de indagación que permitan comprender cómo el conjugar diversos saberes –como el conocimiento construido desde múltiples centros de pensamiento–, nos aportan elementos desde otras formas de ser, hacer, pensar y sentir en el mundo para repensar la trama de la vida, contribuyendo en la construcción de sustentabilidad(es)”.
“Se busca sensibilizar sobre la importancia de los modelos de producción y de consumo que evitan la apropiación desigual de los bienes comunes y la producción de inequidades, poniendo como prioridad la sustentabilidad de la vida, a partir de impulsar políticas públicas orientadas hacia la transición justa, la transversalización de la perspectiva de género, la economía circular, entre otros”.
“Se sensibiliza sobre las consecuencias de los procesos de acumulación por desposesión expresados en el extractivismo y/o en decisiones del mercado que puedan cosificar la vida, convirtiendo a la naturaleza en un mero recurso”.
“Se plantea que la construcción de solidaridad, cooperación, organización, participación democrática, pluralidad y soberanía son dimensionadas como procesos que parten de deconstruir las miradas y que son constitutivos de las bases que buscan un cambio en los paradigmas de vida para repensar la relación sociedadnaturaleza y de las personas entre sí”.
Lineamientos