En 2018 un grupo de mujeres mendocinas vinculadas a la vitivinicultura coincidió en algo: querían capacitarse para poder manejar sus propios viñedos. Y para eso, casi de casualidad, todas acudieron al centro de desarrollo vitícola del INTA La Consulta, en Mendoza, para ponerse en contacto con técnicos y agrónomos especializados. Fue así que desde el Instituto se les propuso formar un grupo que les permitiera conectarse entre ellas. Hoy son 21 mujeres las que conforman el grupo Mujeres de la Viña, que este año lograron lanzar “Apasionadas”, su propia línea de vinos artesanales.
Lo que caracteriza a cada una de estas mujeres, es que por interés propio o por herencia, debieron hacerse cargo de explotaciones que suelen ser más comúnmente manejadas por hombres. Ese es el caso de Carina Venturin, una de las integrantes del grupo, que heredó un viñedo de más de 80 años plantado por su abuelo, y que hoy maneja junto a su hermana.
“Siempre a las mujeres nos fue difícil manejarlo, era un mundo medio machista e incorporarnos nos ha costado. Nosotras somos la tercera generación de la familia que maneja la viña, y hemos tenido la necesidad de capacitarnos para incorporar nuevas tecnologías y nuevos métodos de trabajo”, contó Venturin a Bichos de Campo.
Una de las necesidades que la productora afrontó fue la de renovar el manejo del agua y el riego en la finca, para optimizarlo y obtener las mejores uvas posibles. Para eso, el trabajo con los técnicos del INTA y el intercambio de experiencia con las otras integrantes del grupo fue clave para establecer un marco de apoyo.
Hasta el momento Mujeres de la Viña ha realizado dos partidas pequeñas de vino, de no más de 500 botellas. La primera fue de un vino Merlot y la segunda de un Malbec, que este año relanzarán para ingresar en el mercado con marca propia. Gracias a un crédito otorgado por la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), el grupo consiguió comprar su propia maquinaria y tanques para concentrar todo el proceso productivo.
“Estamos haciendo todas las inscripciones con los números para registrarlos en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y hacer todas las evaluaciones necesarias para comercializarlo. Nuestra marca es “Apasionadas”, que ya figura en el registro de la marca”, señaló Venturin.
Pero en este camino debieron sortear numerosas dificultades. Así lo afirma Alicia Caraballo, productora e hija de productores vitivinícolas, que desde hace seis años se encuentra desarrollando su viñedo propio.
“Mi padre vive hace 40 años en una finca pequeña de cinco hectáreas, que tenía un viñedo de 120 años. Lamentablemente la crisis económica hizo que saque a la viña y hace seis años les pedí volver a apostar a ella. Hoy en día lo más difícil como pequeñas productoras es la negociación y la comercialización con las bodegas”, indicó Caraballo a Bichos de Campo.
Esto genera problemas a la hora de negociar los precios por kilo de uva, y fue una de las razones por las que las primeras partidas de vino las realizaron de la mano de una cooperativa local.
“Otro desafío es poder mostrarle a la comunidad y a la sociedad que nosotras somos las que dirigimos y damos las ordenes. Pero eso es parte de toda esta etapa que estamos atravesando las mujeres, de crecer y de creer que somos capaces”, agregó la productora.
-¿Qué significa para vos este proyecto?- le preguntamos a Caraballo.
-Para mí es romper con barreras y estereotipos sociales donde hay tareas que por años sólo las han manejado los hombres. Para mí es un orgullo enorme que un grupo de mujeres pueda asesorarse entre ellas, apoyarse y contar incluso con el apoyo de los hombres para llevar adelante este emprendimiento productivo. Hemos hecho una tarea preciosa.
-¿Y que implica para vos el Día de la Mujer Rural?
-Para mí es un día donde debemos hacer un homenaje a aquellas mujeres que día a día se levantan temprano, muchas de ellas jefas de hogares, y están de sol a sol y de frío en frío trabajando, haciendo todas las tareas desde el amor y la vocación. Creo que debemos dignificarlas más, creo que deben tener más accesibilidad a líneas de vivienda, créditos, proyección y capacitación.
En el mismo sentido Venturin afirmó: “Es muy importante que nos recuerden en este día porque también las mujeres cumplimos muchas funciones: las de madres, esposas, y trabajadores. Trabajamos a la par del hombre en la zona rural, en toda variedad de cultivos y tareas”.
Fotos: INTA, Carina Venturin, Alicia Caraballo