En los últimos tiempos se viene registrando un éxodo creciente de profesionales capacitados del INTA que está “vaciando” equipos de trabajo en diferentes unidades y regiones del organismo.
Si bien en el tope del ranking de desincentivos aparece la cuestión económica, no es la única causa, dado que existen factores regulatorios y normativos que también inciden en un fenómeno que es cada vez más evidente.
Como el 80% del presupuesto del INTA se destina a remuneraciones del personal, los recursos para financiar investigaciones son por demás escasos y los propios profesionales del organismo deben salir a buscar fondos y recursos, por medio de acuerdos, para poder llevar adelante su tarea. Tal situación genera un desgaste progresivo porque los profesionales del INTA deben emplear una cantidad enorme de tiempo en un trabajo que, además de no corresponderle, les quita mucho tiempo para desarrollar su misión.
Por otra parte, los profesionales en reiteradas ocasiones deben oficiar de “cadetes” de sus propias líneas de investigación, algo que, si bien hacen por obligación, termina por aburrir y cansar a la mayor parte de los especialistas.
Los profesionales senior, con más de quince años de experiencia, muchas veces no logran superar un salario neto de 100.000 pesos. Si bien los sueldos en INTA siempre fueron inferiores a los presentes en el sector privado, la aceleración inflacionaria incrementó de manera brutal la brecha entre ambos.
Existe una manera de “completar” el salario a través de la metodología de los “Fondos de Asistencia Técnica” (FAT), por medio de los cuales, al momento de ofrecer una conferencia o capacitación, el especialista del INTA puede recibir parte de lo facturado a organizaciones o empresas del sector privado. Sin embargo, esos adicionales muchas veces tampoco alcanzan para que el profesional logre recibir una remuneración acorde a sus aptitudes.
Sin embargo, el principal escollo para retener profesionales reside en el hecho de que la metodología de contratación del INTA quedó obsoleta en la actual coyuntura, dado que la misma no permite que los profesionales, además de trabajar en el organismo, puedan desarrollar actividades privadas por su cuenta.
Esa restricción, que no está presente en la mayor parte de las instituciones académicas, impide a los profesionales del INTA atender muchas oportunidades laborales de tiempo parcial que, además de ampliar el curriculum, permitiría engrosar el salario para tornarlo en un ingreso aceptable para la actual coyuntura inflacionaria.
La exclusividad laboral presente en el INTA, que décadas atrás, con un presupuesto mucho mayor, podía ser atendible, en la actualidad representa una traba que termina finalmente generando un drenaje de especialistas hacia el sector privado, los cuales, en caso de poder realizar tareas de tiempo parcial por su cuenta, seguramente seguirían dentro de la organización.
El problema de la salida constante de profesionales es que, además de perjudicar el funcionamiento de equipos de trabajo consolidados –que muchas veces tardaron décadas en formarse–, vacía al organismo de profesionales senior con capacidad para formar a los nuevos ingresantes, lo que termina provocando una “disrupción” en la dinámica de generación de conocimiento del INTA, que es, precisamente, lo que hace que la institución siga teniendo cierto reconocimiento social.
Muy buena nota. Otra razón es el ambiente laboral, en el cual se metió la política y los gremios de manera excesiva. Estos últimos defienden lo indefendible, haciendo que mucha gente abuse de los privilegios de ser un trabajador del estado, haciendo la mayor parte del tiempo la nada misma. Esto determina que en muchas ocasiones el investigador cumpla además con funciones de personal de apoyo que no le corresponden.
El profesional del I.N.T.A. puede ejercer Docencia Universitaria en carreras afines,Veterinaria o Ingeniero Agrónomo transmitiendo sus conocimientos,experiencias o investigaciones haciendo uso de las propias instalaciones estatales, no es un trabajo full-time.
Los profesionales senior, con más de quince años de experiencia, muchas veces no logran superar un salario neto de 100.000 pesos. ESTO ES FALSO. Los profesionales con mas de 15 años superan los 100.000 y los de menos tb.
Ahora, ademas de lo que dice hernan hay muchos mas factores como por ejemplo no hay una politica de retencion de personal, los sueldos son bajos y las politica salarial es obsoleta y no es competitiva. Trabas burocraticas q se podrian sacar tranquilamente sin entrar en discrecionalidades. Y el personal necesita una politica de recursos humanos q valga la pena.