Por Alejandra Groba (@agroleaks).-
Esta semana la Argentina celebra la Semana del Malbec, aquí y en 20 países, con eventos y promociones. Como la carne, el malbec es el vino insignia del país, el que le abrió las puertas a los demás varietales en el exterior y el que más divisas genera, con más de 500 millones de dólares anuales.
Pues bien, en el origen de esta historia hay un agrónomo y una historia que vale la pena recordar.
Cuenta la leyenda que el mismo año en que Urquiza derrotó a Rosas en Caseros y empezó a armarse el país, Sarmiento movió hilos en Chile y Mendoza para traer al experto francés Michel Aimé Pouget, con sus impactantes novedades en materia de plantas y tecnologías de cultivo. Se habían conocido en Chile, donde los dos estaban exiliados, uno por Napoleón III y el otro por Rosas.
Sarmiento tenía mucho interés en la agricultura y había impulsado la creación de la Quinta Normal de Santiago de Chile en 1841, dicen que la primera de Sudamérica, para desarrollar especies en el Nuevo Mundo y difundir la agricultura. Ese trabajo le valió el apoyo de Chile cuando quiso replicar la experiencia de este lado de la Cordillera. Así fue que Pouget terminó cruzando los Andes, probablemente a lomo de mula, con cepas y materiales de la Quinta de Santiago y lo que ahora llamamos know how, que había ganado primero en la Sociedad de Horticultura de París y luego en todo lo aprendido sobre ambientes y adaptaciones en Chile.
Al año siguiente, el 17 de abril de 1853, se fundaba la Quinta Normal de Agricultura, que dicen es la primera escuela de agronomía del país y la primera de enseñanza técnica en Mendoza, bajo la dirección de Pouget, que contaba por entonces treinta y piquito de años.
Parece que Pouget tenía un espíritu y un sentido del humor particulares, que además de fama de bromista y de hechicero deben haberle permitido sobrellevar las críticas hacia él y su escuela desde antes de que se hiciera y mientras se puso en marcha, así como que se la instalaran en un terreno desnivelado, pedregoso y sin agua, entre otras perfidias. Pero él logró traer semillas de Europa, tanto por Chile como por el Litoral, y en uno de esos cargamentos consiguió hacerse de las cepas francesas, entre ellas, la que hoy llamamos malbec.
Cabe recordar que los españoles habían monopolizado el comercio en las colonias por más de 300 años, por lo que esas cepas francesas (cabernet, pinot noir, malbec) debieron ser realmente una novedad. Probablemente no haya sido el único que las trajo, pero fue quien comenzó a cultivarlas científicamente, tratando de desarrollar las mejores plantas y manejos para cada zona.
La iniciativa no terminó bien, porque a cinco años de fundada lo echaron y la escuela se empezó a venir abajo. Hacia fines de ese siglo se erigió allí la Escuela Nacional de Vitivinicultura. Hoy lo único que queda de esas edificaciones es lo que se ha restaurado como La Enoteca, utilizada como Centro Temático del Vino.
Pouget, que se la había visto venir, siguió trabajando en un predio cercano que compró y desarrolló de manera particular. Dicen que al que estaba interesado en aprender, le enseñaba gratis. Unos años después, varios notaban cómo las uvas domesticadas en general y las francesas en particular, con mayor calidad para vinificar, habían ido ganando terreno en la provincia. Es innegable que algo ha tenido que ver Pouget en eso.
En la década de 1860, los viñedos en Francia fueron arrasados por una peste, la filoxera. Mendoza debe haber funcionado así como una especie de reservorio del malbec. Hoy, la Argentina es el país que más viñedos de esta variedad tiene: cubren más de 40.000 hectáreas, el 18% del total. Según Coviar, los otros países que tienen la variedad son Chile (cerca de 6.000 hectáreas), Francia (5.300), Sudáfrica (400), Nueva Zelandia (80) y Estados Unidos, en California (45 hectáreas).
En cuanto a Mendoza, hoy tiene aproximadamente el 70% de las hectáreas con viñedos del país, que sube al 86% si se considera solo el malbec. Allí le va bien a esta cepa por la cantidad de horas de sol, la gran altitud, la amplitud térmica y la poca agua. Según la Coviar, donde mejor se da el malbec (y mejor precio consigue) es en el Valle de Uco.
También Río Negro, Neuquén, San Juan, Salta y La Rioja tienen sus malbec. Según Coviar, entre 2006 y 2016 la superficie implantada con malbec creció 75% y el mercado interno para esta variedad, 153%, hasta acaparar el 41% de la venta de varietales, con más de 83 millones de litros.
El mercado externo es todavía mayor, con exportaciones por 137 millones de litros, prácticamente la totalidad en botella, más de la mitad de los litros exportados. El principal destino es Estados Unidos, que se lleva del 50% del total.
En fin, que uno de los brindis de esta semana sea por Pouget y por qué no por Sarmiento, que entendió tantas cosas tan temprano, incluso la importancia de la agricultura, que nosotros 170 años después seguimos discutiendo.