La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) de Brasil debería emitir en los próximos días su demorado dictamen técnico sobre la solicitud de la empresa argentina Biocerees para la liberación de las importaciones de harina elaborada con el trigo HB4. Varias entidades de la cadena del trigo del vecino país volvieron a expresar este lunes su rechazo a esa eventual aprobación, que es el paso que falta para que se permita la siembra comercial de esa variedad transgénica también en la Argentina.
La Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), la Asociación Brasileña de las Industrias de Galletas, Pastas y Pan y Pasteles Industrializados (ABIMAPI) y la Asociación Brasileña de la Industria de Panadería y Confitería (ABIP) reunieron sus fuerzas este lunes para, en conferencia de prensa, enfatizar la posición contraria del sector industrial respecto a la posible opinión positiva de CTNBio para con el trigo HB4.
Los molinos brasileños recordaron que el trigo transgénico argentino fue autorizado en su país de origen por la Resolución 41/2020 del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, su autorización definitiva para la siembra estuvo siempre sujeta a la aprobación de importación y uso comercial por parte de la comisión reguladora en Brasil. Hasta ahora en la Argentina hay sembradas unas 50 mil hectáreas con esa variedad, pero solamente para producir semilla en estrictos contratos de confinamiento.
Abriendo el paraguas frente al análisis que lleva a cabo la CTNBio (y que debái expedirse en mayo pero luego postergo su decisión para octubre), los molinos e industriales que utilizan el trigo argentino en Brasil acotaron que ese organismo no tiene en cuenta “aspectos de marketing y sociales” a la hora de dar su aval a OGM.
“Con una fuerte oposición de los sectores empresariales (especialmente de la cadena de producción de trigo), la sociedad civil y los consumidores brasileños, la liberación en Brasil aún involucra numerosas preguntas y estudios de evaluación insuficientes sobre los impactos del trigo modificado genéticamente en la salud humana, los animales y la biodiversidad, además a sus impactos socioeconómicos”, marcaron los de ABITRIGO en un comunicado.
En la misma línea, el viernes pasado las entidades de la Mesa de Enlace de la Argentina expresaron sus temores respecto de una posible fuga de ese material de propagación sembrado en las mencionadas 55 mil hectáreas y pidieron al gobierno que otorgue garantías sobre que no se va a producir una contaminación del trigo convencional con la variedad HB4, pues eso traería perjuicios comerciales a toda la cadena comercial.
“Como Brasil y Argentina serían los únicos países del mundo en aprobar dicha tecnología, hasta ahora sin precedentes internacionales, el tema merece ser considerado en su más amplio alcance por las autoridades brasileñas, dada la repercusión mundial que traerá esta decisión”, advirtieron las entidades de la industria brasileña que utiliza el cereal, con el mismo tono de preocupación.
Las Asociaciones indicaron que, de ser aprobado por la CTNBio, pedirán junto a otras entidades vinculadas al negocio del trigo en el vecino país que se convoque al Consejo Nacional de Bioseguridad para expedirse sobre esta controversia. Ese cuerpo, integrado por los ministros de varias carteras del gobierno federal de Brasil, lleva más de diez años sin reunirse.