Según los especialistas del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, hay una clara normalización del patrón de lluvias a partir de abril. Esa mejoría luego de meses de extrema sequía ya casi no tendrá impacto en la cosecha de granos gruesos 2017/18, que definitivamente es una campaña frustrada para muchos productores. Lo que se juega ahora es el el agua que quede en el perfil para encarar la campaña de invierno.
Más allá del corte de la sequía, todo indica que el 2018 seguirá condicionado por la falta de agua para la producción agropecuaria, dijeron los expertos en una recorrida de Bichos de Campo al INTA Castelar.
“A esta altura gran parte de la campaña de verano ya está jugada. Hubo lotes en los que se registraron daños importantes y malformaciones de cultivos, y quizás podría aprovecharse alguna ganancia con lo que se sembró más tarde. Pero el perfil ya está bastante vacío”, explicó Carlos di Bella, director del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar.
Luego de tantos pronósticos fallidos este año, ¿es adecuado hablar de Niño y Niña para predecir situaciones climáticas regionales? Para di Bella, “antes Niño significaba más lluvias, y Niña, menos precipitaciones, o bien se hablaba de año Neutro cuando los patrones se perfilaban normales. Ahora parece ser que se alteraron los sexos en patrones climáticos, porque Niño y Niña ya no se comportan como antes. Hay años Niña con inundaciones y años Niño con sequías importantes”.
El director del Instituto de Clima y Agua aseguró que “atravesamos una etapa de altísima variabilidad interanual con extremos muy marcados y frecuentes. Habrá que vivir el día a día del agua. La producción en el caso de lugares de secano dependerá de lo que caiga de agua en ese momento, ya que las reservas son bajas y las previsiones poco alentadoras”.
Mirá lo que nos dijo Carlos di Bella:
La situación fue tan dramática en los últimos meses, que el mejor consejo nos lo dio la “chica del clima” del INTA, la meteoróloga Natalia Gattinoni: dijo que no hay que quedarse con un solo pronóstico anual sino analizar con frecuencia los indicadores, para evitar que tanto chamuyo pueda afectar decisiones importantes de la empresa agropecuaria.
“El plazo lógico de predicción con alto grado de certeza no excede los 5 días. Y ya a partir de los 15 días o un mes se generan pronósticos con mayor incertidumbre. Aunque al final de un trimestre, se pueden establecer promedios de precipitación y temperatura”, argumentó Gattinoni, que es licenciada en Ciencias de la Atmósfera.
Respecto del episodio actual de sequía, señaló que “lo importante es que vuelve la normalización de lluvias en el trimestre abril- mayo- junio, pero las temperaturas serán superiores a las normales en gran parte del área central del país. No obstante estas precipitaciones permitirán reponer la humedad en los suelos”.
Y entonces… ¿se terminó la sequía? “Hay que seguir viendo los pronósticos a corto plazo. Y a medida que pasen los meses, podremos establecer un análisis más general a lo largo de los trimestres, y así poder definir tendencias”, explicó Gattinoni.
Esto es lo que nos dijo la “chica del clima” del INTA Castelar: