En Neuquén Juntos por el Cambio la tiene un poco más fácil que en otros lugares donde habrá interna: Presentó una única lista para las PASO con Pablo Cervi a la cabeza. Se trata de un ingeniero agrónomo y reconocido empresario frutícola de la región, que intentará conseguir una banca en la Cámara de Diputados e impulsar desde allí la agenda productiva de la provincia.
A diferencia de otros precandidatos, este no es el primer roce de Cervi con la política. Ya había acompañado al intendente de la ciudad homónima como candidato a senador. Aunque en el sector se lo conoce mucho más por haber sido elegido presidente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), entre 2015 y 2018.
Recientemente publicó el libro “Futuro”, en el que recorre y analiza los diferentes segmentos de la economía neuquina, y condensa alguna de las preocupaciones que se inscriben en su plataforma de campaña: los altos costos productivos y la dependencia provincial a los hidrocarburos.
“Estando en la cámara empresaria me di cuenta de esta regla del 70-30 que se habla: 30 es lo que uno puede hacer adentro de la cadena, y el 70 es lo que influye en el todo. Sino no nos involucramos y tratamos de cambiar el entorno es muy difícil salir adelante. Dentro de Neuquén tenemos la influencia de Vaca Muerta y en la actividad frutícola, con alta carga de impuestos. Es una dificultad para producir en nuestra región”, dijo el precandidato a Bichos de Campo.
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¿Y qué piensa del Congreso? Que la actividad para los temas agropecuarios es muy poca.
“En 2017 salieron solo dos leyes para el agro argentino. La ley de semillas por ejemplo, que no solamente es semilla para cultivos extensivos sino que incluyen variedades de frutales. Al no tener seguridad, quienes desarrollan las variedades es difícil que traigan materiales nuevos a Argentina”, señaló.
En este sentido consideró que la única forma de instalar temas de interés es a través de la unión de aquellos que tengan una agenda común. “Empezando por acuerdos se puede avanzar hacia algo más grande”, afirmó.
-¿Qué es lo que está al tope de tu agenda?- le preguntamos.
-En principio la idea sería avanzar en cuestiones impositivas sobre la actividad frutícola. Después hay gran potencial en poner tierra bajo riego, pero para eso necesitaríamos de una energía eléctrica barata o accesible. Teniendo a Vaca Muerta, que es posible vincularla con la producción, hay un potencial en Neuquén de 160.000 hectáreas para poner bajo riego. Eso podría generar mucho empleo, diversificación y una salida de la dependencia del petróleo. Hoy es imposible porque tenemos la tercera tarifa más cara de todo el país siendo que producimos el 30% de la energía de Argentina.