Hoy domingo se presentó oficialmente el lanzamiento de la “Escuela Nacional de Agroecología” (ENA), la cual será gestionada por la rama Rural del Movimiento Trabajadores Excluidos (MTE), que responde a Juan Grabois.
El evento se llevó a cabo en la Escuela José Carlos Mariátegui, un instituto de formación para militantes de organizaciones de la izquierda popular, y contó con la presencia de la jefa de Gabinete del Ministerio de Agricultura de la Nación, Diana Guillén, y el ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aire, Javier Rodríguez, entre otros funcionarios.
La ENA tendrá como director honorífico a Santiago Sarandon, docente de la Universidad Nacional de La Plata, quien aseguró que “estamos viendo cada vez más claro el derrumbe de un modelo y una manera de hacer agricultura, que todavía prevalece, pero que claramente muestra signos de deterioro”.
Sarandon afirmó que lo “que estamos viendo no son problemas de la mala aplicación de un buen modelo, sino síntomas inequívocos claros de un mal modelo, de una mala concepción, de una idea equivocada de lo que debe ser la agricultura, demasiado simplista y productivista de corto plazo”.
Por su parte, Diana Guillén calificó como un “hito” la formación de la ENA, para luego remarcar que es necesario implementar una norma específica para regular a los biopreparados elaborados de manera artesanal con el propósito de diferenciarlos de los bioinsumos elaborados a escala industrial.
Javier Rodríguez calificó la iniciativa como “un enorme paso que se está dando” para revalorizar a la producción y el trabajo de los pequeños productores agroecológicos. El ministro además recordó que desde el gobierno provincial se dispuso que en todas las chacras experimentales bonaerenses se implementen ensayos sobre modelos agroecológicos y que en la actualidad existen más de 300 productores tramitaron la certificación provincial de “productor agroecológico”.
Eduardo Cerdá, director nacional de Agroecología, manifestó que “no podemos seguir así, es necesario un cambio, y eso para mí es inexorable porque estamos dejando atrás un paradigma que estaba basado en la sustancia, en lo material, en la competitividad, y que dejaba de lado lo que no se puede medir, como la salud, el amor, el afecto, el encontrarse con el otro y que eso es de dónde venimos: la naturaleza”.
“Siempre está el planteo de cuántas divisas nos va a traer la agroecología, como si eso nos hubiera traído muchas ganancias, ¿no? Porque cuando vienen las divisas, también viene un paquete de importación de agroquímicos, que es todo de afuera, que sabemos todo lo que nos generan y que eso, aunque no se visualiza, nos ha hecho drogadictos a todos, a las pastillas, a los ansiolíticos, a creer que tenemos salud”, agregó Cerdá.
Cuando le tocó el turno de hablar a Elsa Yanaje, directora de Comercialización de la Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación, aseguró que “los agrotóxicos envenenan a la tierra y a nosotros y nosotras y hemos ido dando una batalla como organizaciones campesinas”.
Yanaje afirmó que comprendió, como productora, que debía abandonar un “modelo productivo que nos envenenaba todo el tiempo, nos mataba de a poco, silenciosamente”, especialmente luego de haber entendido “que había otra realidad, que era justamente retomar la ancestralidad”.
El evento contó además con la participación de Miguel Ángel Gómez, subsecretario de Agricultura Familiar de la Nación, y Lautaro Leveratto, coordinador nacional del MTE Rural.