Una de las notas más vistas y discutidas en la corta historia de esta página de información agropecuaria fue la que realizamos en octubre de 2019 con Martín Zamora y otros técnicos en la Chacra Experimental Barrow, que comparten el INTA y el Ministerio de Desarrollo Agrario. Estos agrónomos, especializados en agroecología, habían mantenido durante ocho años un ensayo que comparaba ese tipo de agricultura sin insumos externos con otra realizada de modo convencional.
La nota con Bichos de Campo era importante para ellos porque mostraban por primera vez sus resultados. Más allá de las dificultades afirmaban en ese momento que era perfectamente posible hacer agroecología en planteos extensivos, y que los márgenes brutos incluso podían llegar a superar a los de un planteo agrícolas convencional. Fue como cantar truco por primera vez con cartas en la mano.
Pero muchos les cantaron retruco de inmediato: que como Barrow está pegada a Tres Arroyos solo habían ensayado con trigo y cebada, que no tenían que enfrentar los costos de un productor común, que era imposible quitar por completo los agroquímicos en otras regiones bonaerenses, que todo pintaba muy lindo pero era imposible hacer agroecología en agricultura continua con soja y maíz. Y muchos otros etcéteras. Retruco.
Luego de ocho años de ensayos, el INTA mostró los resultados económicos de la agroecología
Pues bien, desde la Chacra Barrow, transcurridas dos nuevas campañas con el mismo ensayo, parecen decididos a levantar al Vale Cuatro. Lo cantaron nada menos que una nota publicada en el boletín INTA Informa, que denota un aval institucional importante de ese organismo a su investigaciones. Se titula el artículo: “La agroecología es una opción competitiva y sostenible”.
¿Y qué dice?
De entrada recalca que “existen varios mitos sobre la agroecología. El más resonante sostiene que no se puede ser productivo y sustentable al mismo tiempo. Sin embargo, una década de estudios y de manejo agroecológico de la Chacra Experimental Integrada del INTA Barrow (Ministerio Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires – INTA) demostraron que se puede ser competitivo y cuidar el ambiente a la vez”.
“Los sistemas simplificados actuales tienen costos muy altos, principalmente, en insumos químicos y fertilizantes”, expresó Martín Zamora, referente nacional de Agroecología del INTA, quien hace diez años, junto con tres integrantes de la CEI Barrow, dos del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF) y un asesor privado constituyó una mesa transdisciplinaria e interinstitucional para discutir sobre el manejo para una transición agroecológica extensiva.
Y vuelve a contar la historia que ya relatamos en Bichos de Campo:
Con la premisa de buscar tecnologías de manejo basadas en procesos ecológicos que mejoren y sostengan la producción, la biodiversidad y la calidad ambiental, Zamora avanzó con el diseño e implementación de los módulos agroecológicos demostrativos de la CEI Barrow. “En varios de los ensayos que realizamos pudimos demostrar que con un manejo agroecológico es posible reducir costos, aumentar la rentabilidad y minimizar el impacto ambiental”, aseguró Zamora.
Y agregó: “Sustituir insumos químicos y energía con procesos naturales permite ahorrar entre un 40 y un 50% en el costo directo total, con el mismo, o mejor rendimiento”.
Si bien la productividad y la rentabilidad son aspectos importantes, para Natalia Carrasco, que es extensionista de la Chacra Experimental Integrada Barrow, el mayor logro fue que “varios productores se convencieron de que, además, la agroecología permite regenerar los ecosistemas para producir por muchísimos años más, porque esa es la pregunta con la que empezó todo este trabajo: ¿Hasta cuándo vamos a poder sostener esta productividad si estamos degradando el recurso básico que es el suelo?”.
“La agroecología es la mejor manera de producir: en línea con el ambiente, con el productor, pero también con la sociedad”, consideró Carrasco y afirmó: “Existe una manera de producir en la que todos salimos beneficiados y para eso sirvieron estos 10 años, para demostrar que se puede”.
Mirá el programa de tele que hicimos en aquel momento. Allí también aparecía Natalia:
Continúa la crónica del INTA contando que “otro de los estudios realizados en Barrow incluyó la comparación de sistemas agrícolas tradicionales y sistemas de transición agroecológica con el objetivo de determinar la incidencia de los diferentes manejos en los indicadores de calidad del suelo”.
Al respecto, Zamora precisó que “se tomaron muestras de suelo en diferentes profundidades y la concentración de glifosato más AMPA se redujo significativamente en los primeros 10 centímetros de profundidad: el promedio ponderado fue de 370 miligramos por kilo en el sistema tradicional, y se redujo a 21 miligramos por kilo después de cinco años de transición agroecológica”.
“El impacto de los sistemas tradicionales incluyen la contaminación química, la pérdida de materia orgánica del suelo y la degradación del suelo, con los consiguientes riesgos”, explicó el especialista.
Al mismo tiempo, “el ensayo mostró un aumento significativo del contenido de materia orgánica del suelo luego de cinco años de transición agroecológica, lo que sugiere una clara mejora de las condiciones del suelo”, puntualizó Zamora
Otro mito, según el informe del INTA es que la agroecología únicamente es apta para pequeñas extensiones. En este sentido, Zamora aseguró que “la agroecología se basa en principios y no en recetas” y sentenció: “Sólo en la provincia de Buenos Aires hay gran cantidad de grandes productores en plena transición hacia la agroecología y eso tiene que ver con la difusión del trabajo que varios organismos, como el INTA, realizan hace varios años”.
Quiero vale cuatro.
Añadió Carrasco que durante todo el proceso de evaluación y experimentación “pudimos romper varios mitos, pero principalmente el que plantea que la agroecología no es rentable”.
En este sentido, la extensionista de la Chacra Barrow puntualizó en “la necesidad de desarrollar una experiencia con cultivos agroecológicos, tales como trigo y cebada, para ofrecer información y resultados de una alternativa para los productores de la región, porque es lo que siempre ha hecho el INTA, dar respuestas”.
El resumen de prensa de esta experiencia cuenta que en 2013, ya con resultados positivos de la transición agroecológica en cuanto a lo productivo, lo económico y lo ambiental, se dieron los primeros pasos en la difusión, capacitación y extensión. “Comenzamos dando charlas, haciendo talleres y recorriendo campos a nivel regional, y terminamos en otras provincias, articulando con otras Estaciones Experimentales del INTA, Universidades Nacionales, municipios, y otros organismos”, aseguró Zamora. Y resaltó: “Al día de hoy, se realizaron más de 150 actividades con participación de la CEI Barrow en conjunto con actores muy diversos”.
¿Cómo seguirá esta partida?
y los datos ?? buen relato agroecologico sin aportar datos validados cientificamente. Productividad y Margen Bruto, como minimo. UN VERSO
Desgraciadamente no se puede encontrar en la web algún ensayo unificador.
Este informe es el más reciente, julio 2021: https://repositorio.inta.gob.ar/xmlui/bitstream/handle/20.500.12123/9846/INTA_CRBsAsSur_EEABarrow_Tambascio_%20C_Ensayo_comparativos_rendimiento_regional_trigo.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Este otro informe compara dos modelos: uno agroecológico (AGROE) y otro con plaguicidas (ACTUAL). Tiene datos de productividad, margen bruto, eficiencia energética y rendimiento entre otros parámetros desde el 2011 hasta el 2017. https://www.agribio.com.ar/uploads/Noticias/Extensivos/Productividad%20y%20costos%20Completo%20Socla.pdf
En una parte afirma:
” Sin embargo, en el AGROE se registró un 58 % menos de costo directo comparado con ACTUAL”
Sería muy oportuno si en la nota citaran al estudio en cuestión. Saludos.