En los últimos meses ocurrieron una serie de eventos que se transformaron en la “tormenta perfecta” para complicar por demás la comercialización de soja en el mercado argentino.
Tanto productores como corredores de granos vienen teniendo muchos dolores de cabeza en los últimos meses para poder colocar soja en el mercado disponible ante la escasez de cupos para entregar el poroto.
Los exportadores y la industria aceitera ya compraron 22,5 millones de toneladas de soja 2020/21, una cifra equivalente al 48,5% de la cosecha estimada. Pero apenas registraron embarques (DJVE) por 14,2 millones de toneladas de poroto y harina de soja. Es decir: están comprados hasta la “manija” y sin ningún apuro por salir a comprar mercadería.
Por ese motivo, las pocas opciones que se consiguen para vender soja en el disponible con descarga se pueden hacer con descuentos enormes del orden de 10 a 15 u$s/tonelada respecto a la posición de referencia Soja Rosario Julio 2021 del Matba.
Parte del “retraso logístico” que vienen registrando los productos del complejo sojero se originó en los meses de diciembre y enero pasado, con un conflicto sindical seguido por una serie de bloqueos viales promovidos por transportistas autoconvocados que interrumpieron la dinámica comercial y los embarques programados.
Por supuesto, a eso es necesario agregarle los mayores tiempos logísticos que requieren los protocolos de Covid-19, junto con las posteriores y sistemáticas paralizaciones del comercio exterior promovidas por medidas de fuerza de trabajadores portuarios y marítimos en reclamo de una pronta vacunación.
Otra gran causa detrás del infierno logístico sojero reside en el hecho de que la mayor parte de las energías de las empresas exportadoras están dedicadas actualmente en los embarques de maíz, dado que el cereal argentino tiene una “ventana comercial” muy ventajosa hasta el ingreso del maíz tardío brasileño (fines de julio próximo) y fundamentalmente del maíz estadounidense (septiembre).
No es casual que el contrato Maíz CME Group Julio 2021 tenga un valor –según el cierre de ayer viernes– de 250,5 u$s/tonelada, mientras que en el caso de la posición Septiembre 2021 es de 208,7 u$s/tonelada. Son muchos dólares por ganar si se logran realizar los embarques a tiempo.
El más reciente componente que explica la falta de cupos para colocar soja es la bajante del río Paraná, que complica y retrasa los embarques, que es justo lo último que necesita el sector agroindustrial, dado que aún tiene que compensar los meses “perdidos” de diciembre y enero.
Las complicaciones logísticas generadas por la bajante de río Paraná, sumada a la urgencia por embarcar maíz, es lo que explica el enorme diferencial entre el valor del cereal disponible con entrega en las terminales portuarias de Bahía Blanca y Quequén respecto de los negociados en Rosario.
Está claro que, debido a las particulares circunstancias de la presente campaña, la peor parte se la llevan aquellos productores que no realizaron ninguna planificación comercial y llegaron a esta altura del año esperando hacer “caja” con la venta de soja, dado que la mayor parte de las ofertas de compra de la oleaginosa presentes actualmente corresponden a la modalidad “a fijar” con una entrega bastante diferida en el tiempo.