Eduardo “Lalo” Creus es dirigente social que ahora además es concejal de Juntos por el Cambio en el populoso partido de La Matanza. Contó que en dicho territorio todavía hay unas 12 mil hectáreas de zonas rurales en las que todavía existen algunos emprendimientos que deberían ser más apoyados.
“Me preocupa porque creo que ahí puede haber un motor de desarrollo para el nudo que tenemos en el conurbano, la falta de oportunidades y de una correcta gestión acerca de cómo generar política en el territorio, cómo producir, cómo capacitar a los jóvenes e insertarlos con oportunidades y cómo invertir el flujo migratorio con la chance de volver a regiones agropecuarias con formación”, afirmó en diálogo con Bichos de Campo.
Creus fue integrante de la famosa Corriente Clasista y Combativa (CCC), el movimiento piquetero que cortaba la Ruta 3 en medio de la crisis de 2001. Pero a diferencia de muchos otras organizaciones de su tipo, la CCC se mostró alineada con el campo en el conflicto por las retenciones móviles de 2008. “Ahí fue donde encontré el valor que tenía la producción agroindustrial como motor del país”, relató el político.
Hace poco más de 10 años, Creus fundó Identidad Vecinal, una organización vecinalista que interviene en cinco barrios del partido de La Matanza para generar capital social y oportunidades laborales. De allí su interés por lo agropecuario: el partido tiene por lo menos 10 mil hectáreas de periubano con posibilidades de volverse productivas y ofrecer nuevas alternativas a los matanceros.
Mirá la entrevista completa a Eduardo “Lalo” Creus:
“La gente de La Matanza no quiere vivir de planes ni ser rehenes políticos pero les debemos una oferta de oportunidades. El puente debe estar entre el potencial del campo, el de la gente que intenta desarrollar experiencias sustentables y la gente de zonas urbanas”, explicó el dirigente.
“La política clientelista tiene buenas aguas en una Matanza sin rumbo, que es reflejo de lo que pasa en otros lugares de Argentina. Hay que saltar de la grieta de los sectores sociales que solo benefician a pequeños grupos y que nos dividen como país”, añadió, al tiempo que reconoció que él mismo debió romper prejuicios que guardaba hacia el sector agropecuario. “Hoy tengo amigos en el sector que han estado al lado mío en situaciones difíciles. Superé resentimientos que no nacieron conmigo”, resaltó.
Por otro lado el dirigente social dijo que “hay que entender a la gente de La Matanza, el 65% de los que viven allí no conocen siquiera la Capital Federal. Estar ahí es como estar en un ghetto abierto: vos sabes que tu futuro morirá ahí, es más, no tenés expectativas de futuro y se va muriendo tu autoestima. Llega un punto en donde ni siquiera te sentís con derecho a ser. Al contrario, te sentís culpable, lo que puede alimentar consecuencias y resentimientos que nos afectarán a todos”, advirtió.