Alexis Ferrer es veterinario recibido de la Universidad del Zulia, en Venezuela, su querido país, el que debió abandonar tristemente por razones conocidas. Allí además tenía un establecimiento rural, al que ellos llaman “unidad productiva”, donde se dedicaba a la cría de ovinos y caprinos y se había especializado en introducir nuevas líneas genéticas para mejorar las majadas.
Ahora Alexis y su familia viven en Misiones, donde trabaja para un establecimiento ganadero que desde hace un tiempo está incorporando el ovino a su planteo. Se siente dichoso con eso: “El que trabaja en lo que le gusta no lo considera un trabajo”, afirma en diálogo con Bichos de Campo. Nos cuenta que son muchos los profesionales que tuvieron que dejar la sufrida Venezuela y migraron a la Argentina. “Acá hay 120 médicos veterinarios venezolanos”, relata.
¿Y cómo fue que él recaló en Misiones? Ferrer relata que luego de un viaje de 7 días para llegar a la Argentina junto a su esposa, sus tres hijas y su padre, ingresaron a la Argentina por Iguazú. Su destino inicial era la provincia de Buenos Aires donde lo esperaban dos hermanos. “Pero nos pasó lo que todo el mundo cuenta: el que conoce Misiones, llega y aquí se queda”, relata.
Mirá la entrevista completa a Alexis Ferrer:
Ferrer está agradecido de poder trabajar en lo que se preparó en Venezuela. Allí era asesor en ganado ovino como caprino, en sistemas de leche y de carne. Tras migrar a la Argentina buscó desempeñarse en el área que mejor conocía, cosa que pudo continuar cuando conoció a Daniel Angeloni, un médico de Posadas que además es propietario del establecimiento La Negrita.
En aquel momento Angeloni estaba dando los primeros pasos con el ovino y contaba con un majada de 96 animales. Ferrer participó del crecimiento de la actividad y sobre todo de la mejora genética: “Hoy ya tenemos unos 246 animales y muchos de ellos con una genética diferente a la que se venía trabajando”, asegura.
El desafío inicial era cruzar razas para poder producir carne. Ferrer sugirió la introducción de otras dos razas al plantel, con las que por cierto ya había trabajado en Venezuela: White Dorper y Anglo Nubian.
“La idea era mantener el color blanco pero al mismo tiempo disminuir la cantidad de lana, aumentar la calidad de carne, el rendimiento carnicero y mejorar ciertos parámetros reproductivos tales como intervalos entre parto, fertilidad, prolificidad-porcentaje de corderos nacidosrespecto al número de ovejas paridas, entre otros”, describe el veterinario. También comenzaron a introducir una variante de la raza sudafricana que se está poniendo de moda en el país: la black dorper o cabeza negra.
Empezó como un hobby y terminó vendiendo carneros de la raza Dorper por varios millones de pesos
Se trata de ovejas de pelo (y poca lana) de origen sudafricano, las cuales, según Ferrer, tienen una gran adaptación para resistir tanto el calor como el frío.
Con los meses acumulados de experiencia, Ferre establece que hay varias diferencias entre producir ovinos en el estado venezolano de Zulia y en Misiones. Apunta que el primer cambio tiene que ver con la temperatura. “Zulia se encuentra en el primer paralelo norte de la línea ecuatorial, lo que la hace una zona extremadamente cálida. Durante el mediodía las temperaturas pueden llegar a 40 grados y este año incluso marcaron récords de 50 grados y con una humedad relativa bastante alta. Allá usamos ovejas de pelo cuando la tradición en Argentina es usar ovejas de lana”, sintetiza.
En cuanto al aspecto nutricional, Ferrer cuenta que en Misiones preparan la época invernal con verdeos- Rye Grass y Avena- o con reservas nutricionales, mientras que en Venezuela se preparaban con esas mismas reservas para la época estival, dado que había ocasiones en que podían pasar hasta 5 o 6 meses sin precipitaciones en el verano.
Las reservas nutricionales son especialmente armadas para los momentos críticos. “Recuerda que esto es un negocio y que tienes que producir dinero. Buscamos bajar costos, por eso el animal se suplementa sólo cuando lo requiere. Suplementamos los corderos desde que nacen hasta su destete. También suplementamos a los reproductores cuando están en época de monta sirviendo a demasiadas hembras, y lo mismo en el momento de efectuar los servicios, les damos un balance energético a las hembras para asegurar la fertilidad y prolificidad”.
-¿Y le ves futuro a la ganadería ovina en Misiones?
-Le veo presente y le veo futuro. Lo que es producir alimentos jamás pasa de moda y además aquí están dadas todas las condiciones agro climatológicas para producir ovinos y caprinos de calidad. No tenemos esas restricciones que tenemos en mi tierra con esos veranos tan extensos, y tampoco tenemos los fríos extremos de la Patagonia. Por otro lado, cruzando ovinos de pelo con ovinos de lana podremos mejorar la cantidad de partos al año pasando de 1 a 1,5 o 1,8 partos- responde el veterinario venezolano.