El crecimiento del superávit comercial argentino, que fue de 1470 millones de dólares en abril pasado, se está sosteniendo fundamentalmente en base a la suba de los precios internacionales de los commodities agroindustriales.
“En este contexto, con un superávit comercial explicado fundamentalmente por un factor exógeno, por fuera del control del gobierno y que bien podría ser transitorio como los es el de los precios internacionales, y con una actividad económica que tanto en febrero como en marzo mostró la interrupción de la recuperación que veíamos desde mediados del año pasado, el gobierno decidió suspender por 30 días las exportaciones de carne vacuna”, apunta el último informe de la consultora económica Invecq.
“Lo que sorprende un poco es que el gobierno se anime a tomar riesgos de tal magnitud con este tipo de medidas. La cadena de valor de la carne vacuna podría ser señalada casi sin lugar a dudas como un diamante en bruto en los últimos años en el contexto de la economía argentina”, añadió.
Desde el año 2016 el sector logró incrementar su producción y nivel de puestos de trabajo en una economía en recesión con destrucción de empleo asalariado. Y fue el complejo exportador que más incrementó sus exportaciones al pasar de unos 1000 millones de dólares en 2015 a 3500 millones en 2019 y 2020.
Ese proceso se consolidó al transformarse en uno de los principales proveedores de carne vacuna de China, nación que, según declaman los propios funcionarios del gobierno de Alberto Fernández, es un aliado estratégico de la Argentina.
“Arriesgarse a dañar la dinámica virtuosa de un sector, a la luz de los efectos negativos y tan duraderos que generó una intervención similar en marzo del 2006, parece algo irresponsable si se piensa en clave de consistencia macroeconómica de mediano y largo plazo”, advirtió la consultora presidida por Esteban Oscar Domecq.
¿Qué habría pasado si el entonces presidente Néstor Kirchner no hubiese intervenido el mercado cárnico en 2006? En función de los precios internacionales vigentes para la carne entre 2006 y 2019, es posible advertir que la Argentina habría podido generar 16.000 millones de dólares más de exportaciones de los que efectivamente concretó.
La cuestión es que el contexto social y económico presente en la Argentina del año 2021 es sustancialmente diferente al del año 2006. “La economía se encuentra con serias dificultades para reencauzarse en una senda de recuperación económica y de generación de empleo y, al mismo tiempo, esta situación es resultado final de una crisis de balanza de pagos que explotó en 2018 y tenía como principal fundamento un déficit de cuenta corriente y de balanza comercial significativo”, señaló el informe.
“Contradiciendo completamente esa idea, el gobierno decidió poner un palo en la rueda al complejo exportador que más aumentó sus volúmenes y dólares exportados desde 2015. Por este camino estamos yendo derecho, aún si haber salido, a buscar un nuevo ‘stop’ en un ciclo de ‘restricción externa’ que pareciera que se quedó sin la fase del ‘go’ al menos desde el año 2011”, concluyó.