Los números oficiales de faena bovina argentina del mes pasado, que resultaron llamativos a nivel nacional, en las algunas jurisdicciones fueron alarmantes.
El mes pasado se vendieron a los frigoríficos 1,067 millones de animales, una cifra 9,6% menor a la registrada en el mismo mes de 2020, según datos publicados por la Dirección de Control Comercial Agropecuario.
Sin embargo, en algunas provincias la caída interanual de la faena fue sustancialmente superior al promedio nacional, como en el caso de Córdoba y Corrientes, donde se registró una baja superior al 20%. También descendió fuerte en Tucumán (-13%) y Santiago del Estero (-12)%.
“Entendemos que esta situación está enmarcada en el crecimiento de la faena marginal, ilegal o en el campo, que realizan muchos carniceros, en algunos casos abigeato o cuatrereo incluido”, aseguró Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), en un artículo publicado por esa entidad.
“Esas faenas, fuera del circuito sanitario, crecen en situaciones de crisis económicas y ponen en riesgo la salud de la población. Lamentablemente, los intendentes, a quienes habitualmente no les interesa el tema o no asumen la responsabilidad de control, hoy están abocados a los problemas que genera el Covid-19 y menos demuestran poco interés en controlarlas”, alertó el presidente de la federación integrada por la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (Cafrisa), la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne de Córdoba (AFIC) y la Cámara de Industrias Cárnicas de la Provincia de Entre Ríos (Cicer).
“La presión impositiva, la inflación y la crisis económica impulsan este tipo de prácticas. Desde Fifra seguimos insistiendo con la necesidad de bajar en la alícuota de IVA para el servicio de faena (21%), equiparándolo con la alícuota de la carne (10,5%), aunque lamentablemente no hubo resultados positivos a este tema”, añadió Urcía.
De todas maneras, el representante de la industria cárnica aclaró que parte de la desaceleración del nivel de faena se debe al hecho de que se está priorizando el uso del pasto ante la desfavorable relación de maíz/carne y que eso extiende los períodos de terminación y, por ende, también el ingreso de los animales al mercado.
“La disminución (del nivel de faena) enciende algunas alertas, pero también debemos decir que es una baja que se esperaba”, apuntó Urcía, para luego añadir que “la producción ganadera argentina se encuentra en reconfiguración por la recomposición de precios y eso conlleva una disminución de la cantidad de hacienda terminada, dado que las condiciones exigen de más tiempo de engorde por la mayor permanencia de los animales en las recrías a pasto”.
La máquina ganadera argentina comenzó a crujir: En abril la faena se cayó casi un 10%
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