En medio de la mudanza que hará que el Mercado de Liniers sea reemplazado por Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG), una inspección de Senasa, ante el aumento de animales caídos o muertos en el mercado llevó a que el Centro de Consignatarios de Productores del País redujera la cobertura del seguro para animales. Eso planteó un escenario difuso para los transportistas si se tiene en cuenta que ya no estarán cubiertas las muertes que ocurran sobre el camión.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a seguros de animales? En primer lugar hay que distinguir el seguro de carga del seguro con el que cuentan los socios del mercado.
Los seguros de carga en el transporte son aquellos que el transportista contrata, que le cobra al cliente en el servicio, y que cubre la muerte por accidente o robo. Una vez en el Mercado, el que entraba en juego era el seguro que cubría animales muertos sobre camión, los animales que mueren dentro de las dos primeras horas de haber desembarcado y todos aquellos que son decomisados por su estado por el personal de Senasa. Dicho seguro podía ser contratado por las Consignatarias que lo consideraran.
“El Mercado dejó de contemplar ese seguro porque había un mal uso. Choferes, en conveniencia con productores, cargaban hacienda que no estaba en condiciones y llegaba muerta al mercado”, explicó a Bichos de Campo Manolo Lamas, empresario transportista y referente del sector.
Fuentes internas de Liniers indicaron a este medio que en el último tiempo comenzaron a reportarse numerosos ingresos de animales en mal estado, a los que se consideraba relacionados al interés de cobrar el seguro. “Se ven muchos casos donde cargan las vacas caídas o en mal estado. Lo hacen porque saben que se las paga casi como vaca buena”, informaron. Eso puede ser relacionado también a la mayor importancia que adquirió la categoría vaca versus el novillo, a partir de las compras realizadas por China de animales de categoría más baja.
Fue entonces la carta del Inspector Veterinario de Senasa, Dr. Fernando Martínez, la que impulsó la decisión de la empresa aseguradora que luego fue informada por el Centro de Consignatarios a los socios.
“Tomando nota al respecto informamos que la cobertura del seguro por animales muertos que administra este Centro de Consignatarios de Productos del País solo será en aquellos casos en que el animal muriera dentro del recinto de Mercado de Liniers S.A. en el horario de las ventas”, señalaron en el comunicado.
Ahora bien, ¿por qué podría esto afectar a los transportistas? Según Lamas, si bien siempre existe un riesgo de muerte en el transporte, “es el mismo que hay en el campo, en los remates y en las ferias. Lo que pasa es que se está distorsionando el tema de las muertes arriba del camión, aduciendo temas de bienestar animal, de negligencia del chofer y no siempre es así”.
El transportista señaló que muchas veces el problema lo generan los mismos productores que exigen cargar animales de distintas categorías de peso –esto provoca que el animal más grande pise al más chico- o cargar más animales de la capacidad estipulada.
Agregó que también hay casos en donde se cargan animales recién bañados, lo que provoca que muchos de ellos tomen el agua que se acumula en las jaulas, que tiene compuestos químicos que los enferman.
“Parte de las buenas prácticas ganaderas es que el transportista, cuando ve que la hacienda no está en condiciones para cargarse, no la cargue. Pero ahí entramos en una cuestión comercial donde se da el ‘yo te contrato si vos me llevas esta hacienda’. Y ahí está la responsabilidad del transporte de aceptar o no”, agregó Lamas.
Otra de las observaciones realizadas por el veterinario de Senasa fue la necesidad de mejorar las instalaciones, “respetando la carga animal en los corrales, el agua bebible” y de minimizar los tiempos de espera.
Desde el Mercado admitieron que hay días en los que las entradas superan las 13.000 cabezas y eso puede conllevar a demorar en las descargas. A eso le sumaron que muchos frigoríficos no alcanzan a sacar todas las vacas compradas y las dejan en el mercado un día más o dos. “Cuando se juntan esa cantidad de cabezas a veces se produce ese cuello de botella”.
Frente a eso, Lamas afirmó que “los transportistas que lleguen en tiempo y forma van a tener que hacer una verificación con el celular para demostrarle al cliente que llego a horario y que no le descargaron a tiempo. Ahí la responsabilidad ya no es más del transportista”.
Mientras tanto y en medio de estos tironeos, el Mercado de Liniers se prepara, luego de 120 años, para seguir trabajando desde Cañuelas. Una de las cosas que se espera es que las nuevas instalaciones permitan un mejor manejo de los animales y sobre todo un mejor cuidado.
Foto: Campo Litoral