Ayer en Bichos de Campo contamos que el ministro de Ambiente, Juan Cabandié, se había sumado con mucha ingenuidad a una campañas para reducir el consumo de carne vacuna y nos preguntábamos qué estaba haciendo al respecto su par de Agricultura, Luis Basterra, ya que los argumentos que utilizan los detractores de la carne apuntan a demonizar la ganadería, considerándola casi como la única responsable del cambio climático.
Cuando se difundió el apoyo explícito de Cabandié a la campaña que promovía los “lunes verdes” o “sin carne”, el Gobierno reaccionó y ordenó borrar todos los registros de dicha adhesión de redes sociales y páginas gubernamentales. No quedó rastro. Y no es para menos, pues el asunto no da para estudiantinas y es muy caro para los intereses no solo de la Argentina sino de toda la región.
La pregunta sobre qué pensaba Basterra subsistía.
En ese mismo momento, el titular de Agricultura por el cuál preguntábamos, estaba participando de la reunión del CAS (Consejo Agropecuario del Sur), junto a sus pares de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Y este asunto de la demonización de la ganadería y otros sistemas productivos realizados en la región por parte de gobiernos y ONG del Hemisferio Norte, especialmente europeas, fue uno de los temas centrales tratados en la reunión. Basterra, y vaya esto como una suerte de reivindicación, estaba ocupándose de cosas importantes.
“Los lunes sin carne” pueden sonar muy simpáticos y hasta loables. En rigor nadie discute esa propuesta, pues hasta podría ser positivo en materia de salud y nutrición que los seres humanos reduzcamos los elevados índices de consumo de proteínas animales. Lo que se debate a nivel de la región es otra cosa: los argumentos falaces que atribuyen a la ganadería ser la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y por lo tanto la gran responsable del cambio climático que sucede en el planeta. Y se teme, sobre todo, que detrás de esa demonización se pretenda desde las naciones más desarrolladas imponer nuevas reglas al comercio de carnes y al desarrollo agropecuario de este tipo de países, que son exportadores netos de ese tipo de alimentos.
Hay una reunión clave en la que esto podría comenzar a perfilarse con mayor nitidez: la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU (Naciones Unidas), que se llevará a cabo en diciembre de este año en Tokio, Japón. Allí, las grandes potencias quieren discutir sobre cómo se alimenta actualmente la humanidad y cómo esto impacta en el medio ambiente. También comenzar a poner reglas que vayan perfilando un modo de producir alimentos más amigable.
Por eso Basterra y los ministros de Agricultura de toda la región debatieron seriamente sobre este asunto. En la reunión del CAS destacaron la necesidad de adoptar una posición común en relación a esta asunto, conscientes de las limitaciones que podría tratar de imponer el bloque de países desarrollados a los que están en vías de desarrollo y dependen mucho más de sus sectores agropecuarios para sobrevivir. Por ejemplo, restricciones en el uso de insumos, en la colonización de nuevas tierras agropecuarias, en la adopción de ciertas tecnologías.
El IICA, que es el brazo agrícola de la Organización de Estados Americanos (OEA) y es presidido por el argentino Manuel Otero, será una pieza clave en el entramado de la defensa de los modos de producción que hay en esta parte del mundo. Este miércoles el organismo difundió declaraciones de la embajadora María del Carmen Squeff (foto), la Representante Permanente de la Argentina ante la ONU, quien expuso en la XV Reunión del Consejo Asesor de Alto Nivel para la Seguridad Alimentaria de las Américas, un espacio de expertos coordinado por el propio IICA.
“Trabajamos con distintas naciones de cara a esta Cumbre –dijo Squeff- y estamos muy atentos porque puede ser una oportunidad, pero también puede constituir un problema. La convocatoria tiene en su base un cuestionamiento a las formas de producción, pero nuestro mensaje debe ser que no es necesario cambiar todo. Sabemos que las actividades productivas deben contribuir a la lucha contra el cambio climático. Pero el pan de cada día es producir más respetando el medio ambiente, porque se proyecta que la población mundial crezca en 2.000 millones de personas durante los próximos 30 años”, advirtió.
La embajadora Squeff, tan argentina como Cabandié, fue enfática en la necesidad de que la región defienda en la Cumbre el papel de la ganadería sostenible, como actividad que genera empleo y favorece al arraigo de la población rural: “Tenemos que mostrar que en los países latinoamericanos la ganadería se practica mayoritariamente de forma extensiva, en convivencia con la fauna y la flora, por lo que existe bienestar animal y armonía con el ambiente. Por supuesto que se pueden mejorar los sistemas ganaderos, pero no se trata de restringir la producción de carne, porque eso socavaría la seguridad alimentaria”, advirtió.
Y añadió: “Los países de América Latina y el Caribe somos países productores de alimentos con niveles de calidad muy probados. La mayoría somos exportadores. Uno de los mercados a los que vendemos es Europa y todos sabemos las condiciones difíciles que se establecen en ese continente para aceptar productos de otra región”.
Este es el video oficial de convocatoria a la cumbre de la ONU y sus objetivos:
En la reunión ministerial, los ministros recogieron el guante y destacaron el papel clave del IICA para cumplir ese objetivo, que apunta claramente a resistir los embates europeos, que serán muy proclives a imponer recetas productivas a los países desde los cuales importan muchos de sus alimentos. El organismo, a partir de ahora, se ocupará de recopilar, profundizar y organizar la información disponible para compartirla con los Estados americanos, de modo de poder ejercer una mejor defensa, sobre todo de la ganadería extensiva.
“Debemos pensar un mensaje único como región sobre los sistemas alimentarios. Agradezco a Manuel Otero por sus esfuerzos en ese contexto. Destacamos la centralidad de los sistemas alimentarios para garantizar la seguridad alimentaria global a futuro de 10.000 millones de personas, con inclusión social, con contribución a la preservación del medio ambiente. Debemos tratar los sistemas alimentarios en conjunto con sustentabilidad, el principio debe ser abordado de forma transversal y holística”, dijo la Ministra brasileña Tereza Cristina.
Basterra propuso, y se aceptó, solicitar al IICA “la realización de un informe que detalle la sustentabilidad de nuestros sistemas productivos asociados a la actividad ganadera”, enfatizando que “todos los recursos técnicos y diplomáticos de nuestros países serán exigidos para que la voz de América del Sur sea oída en la dinámica de la Cumbre”.
Por lo pronto, los países del cono sur americano ya decidieron apoyar la reelección de Otero (foto) en el cargo del Director General del organismo internacional especializado en desarrollo agropecuario y rural, que tiene su sede central en Costa Rica. Como el resto de todos sus colegas, Basterra manifestó el total apoyo argentino a “la continuidad de nuestro amigo Manuel Otero en su cargo” y otro tanto había hecho con anterioridad el canciller Felipe Solá.