ARBA, la agencia de recaudación bonaerense, salió a controlar camiones cargados de granos en el momento más álgido del año, la cosecha de soja y maíz. Es lo que corresponde, está bien. Pero el operativo, más que a detectar posibles fraudes y verificar el estado de los camiones, lamentablemente parece estar más destinado a demonizar al sector agropecuario y colgarle el mote de “contrabandista” y de “evasor”.
De entrada, esta intencionalidad manifiesta se nota en la gacetilla que difundió la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires. Allí se informa que “se puso en marcha un amplio operativo de fiscalización, a través de múltiples controles que se realizan de manera simultánea en corredores cerealeros y puertos, con el objetivo de identificar y combatir maniobras de contrabando y evasión en la comercialización de granos”.
¿Contrabando? ¿Desde la Provincias de Buenos Aires? ¿Y hacia dónde? Últimamente las autoridades han venido machacando con esta idea y para dar crédito han mostrado el secuestro de unas pocos cientos de toneladas de soja en la zona fronteriza de Misiones, que está ubicada a 1.250 kilómetros de Pergamino, uno de los puntos de control establecidos por ARBA.
Según el último tarifario acordado por la propia Provincia de Buenos Aires con las cámaras del transporte de granos en febrero pasado, el costo de derivar un camión hacia allí, es decir el flete para transitar esos 1.250 kilómetros, sería de 4.840 pesos por tonelada. Es decir casi 16% del valor de una soja de 31 mil pesos. O casi el 25% del valor de un maíz de 19.600 pesos por tonelada.
Es decir que entre una buena parte del supuesto beneficio que podría ahorrarse un contrabandista de soja a Paraguay (ahorrar retenciones del 33% que equivalen a unos 15.000 pesos por tonelada) se lo llevaría el flete. Flor de negocio. Y eso sin contar con los “sobreprecios” que el camionero debería dejar en los puestos camineros de diversas provincias para justificar por que transita en contra de la corriente. Lo lógico sería controlar camiones desde zonas productoras, como Salta o Chaco, más cercanas a esa frontera.
Sigue el operativo de Fiscalizacion de actividades agrarias contra la evasión en PBA. Continúan los controles de mercadería en tránsito con foco en el transporte de granos en más de 15 puntos en rutas y puertos de la provincia. pic.twitter.com/10KK2F7laV
— Cristian Girard (@cristiangirard) April 22, 2021
Pero si ya la búsqueda de “contrabando” suena exagerada en la gacetilla de ARBA, su director ejecutivo, Cristian Girard, se empantanó más todavía al hablar de estos operativos. El jueves, tras visitar el puesto montado en la zona de Pergamino, este funcionario kirchnerista declaró a la agencia Télam que se había detectado mercadería en infracción por un total de 100 millones de pesos.
“Esta vez se pone el foco en el transporte de granos porque estamos en tiempo de cosecha con el objetivo de detectar salida de camiones sin documentación, lo que podría terminar siendo una operación de contrabando”, insistió Girard.
¿Y cómo llegó el funcionario al cálculo de los 100 millones? Vamos a reproducir textuales con sus declaraciones.
“Desde el lunes, llevamos 100 millones de pesos de mercadería detectada en tránsito sin documentación de respaldo”, especificó Girard. Luego, según el mismo cable, detalló que de los 1.100 camiones fiscalizados hasta el momento, “se decomisó la mercadería de unos 10 que cargaban aproximadamente 450 toneladas de cereales sin la documentación respaldatoria”.
Que se haya decomisado la carga de solo diez camiones sobre un total revisados de 1.100 es realmente una gran noticia, pues quiere decir que solo el 0,9% del universo controlado no llevaba la Carta de Porte y otra documentación requerida a la hora de hacer cada viaje.
Que el 99,1% del resto de los transportes controlados por ARBA no hayan presentado irregularidades graves es realmente llamativo, pues para la mayoría de los productores suele ser un dolor de cabeza en esta época gestionar las Cartas de Porte ante la AFIP, y siempre están unos pocos que quieren vender algún camión en negro (pero por acá, no contrabandeado a Paraguay).
Aquí el problema es que hay que demonizar a la cadena agrícola y entonces todo se debe exagerar en su contra. De hecho, en las mismas declaraciones, Girard agregó: “Entre el 9 y el 10% de los camiones tienen infracciones o multas. No todos circulan sin documentación”, apuntó.
De golpe pasamos de haber secuestrado la carga del 0,9% de los camiones controlados, a que el 9% o 10% hayan cometido alguna infracción. O el titular de ARBA manipula los porcentajes a favor del discurso que quiere instalar. O es peor: no sabe matemáticas ni sacar porcentajes.
Lo que sí está claro es que el funcionario nombrado en ese alto cargo por el gobernador Axel Kicillof se subió al caballito de la demonización de los productores. Ya lo había hecho semanas atrás apelando a un “índice Verde” cuya aplicación también dejó muchas dudas.
Girard está cerca de los 40 años, es licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y posee una maestría en Economía Política (FLACSO). Pero esto no le impide decir -con una simplificación del agro que espanta- que desde ARBA “nos dimos la tarea de reforzar los controles en los sectores donde más recursos hay” y “empezar por lo que más tienen”.
En Pergamino y zonas aledañas, donde él fue a controlar, por estos momentos hay pequeños productores y arrendatarios que han cosechado menos de 15 quintales por hectárea de soja, y no llegan a cubrir los costos de esta campaña. ¿Sabrá Girard lo que es un “rinde de indiferencia”?
Quizás no deba saber tanto el recaudador. Pero lo que está muy claro es que conoce muy poco sobre el sector que debe fiscalizar y también sobre el transporte de mercaderías.
El cálculo que lanzó al aire para definir que “una parte del agro evade”, surgió a partir de multiplicar por 30 mil pesos (el valor actual de la soja) por las 450 toneladas decomisadas en los diez camiones secuestrados en estos operativos. El mayor inconveniente para sostener esos números es que no existen camiones capaces de transportar 45 toneladas cada uno, que es lo que daría el promedio (10 infractores con 450 toneladas de soja) informado por el titular de ARBA.
En efecto, un equipo moderno en promedio carga 30 toneladas de granos, y bastante menos si los que se detienen en la ruta son los viejos y queridos 1114, que suelen aparecer en este momento de cosecha, cuando no da abasto la flota de camiones. Deberían revisar la VTV y que funcionen los frenos, más que buscar operaciones fellinescas de contrabando.
Existen algunos camiones llamados bitrenes que fueron autorizados a circular por ciertas rutas nacionales por una decisión del Ministerio de Transporte tomada en 2018. Pero se los llegó a ver andar cargados de rollizos de los forestadores de la Mesopotamia y no de granos de la región pampeana.
“La provincia de Buenos Aires posee la mayor superficie sembrada del país y cuenta con la producción de granos y oleaginosas más importante”, establece el comunicado de ARBA para dar cuenta de la razón de estos controles. En esa definición, al menos, no se equivocaron.
Nota del editor: A partir de la publicación de esta nota, ARBA pidió publicar a Bichos de Campo la siguiente aclaración. Que ayer se controlaron 1.100 camiones, y que entre 9 y 10% de esos vehículos estaban en infracción, y que de entre aquellos que transportaban cereales había unos 10 de los que se había incautado la carga, para totalizar unas 450 toneladas. Pero la suma total informada de 100 millones de pesos no correspondía solo al valor de esa soja, sino al total de las infracciones que se habían cometido. Las interdicciones a camiones del agro es porque no tenían ningún tipo de documentación. También desmintieron que no era la intención del organismo “demonizar” al agro sino informar sobre los controles.
Impecable el comentario, con una sola corrección, de la soja contrabandeada, no desbarataron unos “cientos de toneladas”, hace 3 meses que están publicando los 8 mil y pico de kilogramos, en 182 bolsas de Misiones, solamente. un relato insostenible, más cuando le daban un valor de 500 mil dólares. Por último el que logra contrabandear desde Buenos Aires, es un genio de la teletransportación.