Pérdidas productivas combinadas con una comercialización poco profesional llevaron a Cresud a perder una gran cantidad de dinero con el negocio agrícola que no pudo ser compensando por la buena performance de la ganadería.
En el segundo semestre de 2020 la división agrícola de la compañía agroindustrial Cresud registró una pérdida de 2554 millones de pesos versus una ganancias de 748 millones en el mismo período de 2019 (medido en pesos constantes).
Entre las causas de ese pobre resultado, según indicó Cresud en un informe presentado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), la compañía mencionó “una pérdida proveniente de los derivados de granos (principalmente soja y maíz) por la tendencia alcista de los precios futuros, y una menor ganancia en el margen bruto de ventas y tenencia, producto del menor stock que dejó la campaña 2019/20 en comparación a la del período anterior”.
También influyó el hecho de registrar “menores resultados en Brasil debido principalmente al resultado negativo generado por derivados de commodities”, el cual fue parcialmente compensado por un mayor resultado productivo de granos y algodón.
En definitiva: lo que expresó Cresud es que se perdió la impresionante suba de precios registrada por la soja y el maíz en el segundo tramo del año pasado por haber vendido de manera anticipada buena parte de la cosecha antes de que se produjera ese fenómeno.
Esa gestión comercial, junto con pérdidas productivas generadas en soja y maíz por factores climáticos adversos, provocaron una merma de ingresos considerable. La división agrícola de la compañía gestionada por la familia Elsztain produjo en la campaña 2019/20 141.825 hectáreas propias y otras 106.751 arrendadas en Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia.
Diferente fue el caso de la actividad ganadera, en la cual la empresa registró en el segundo semestre del año pasado (correspondiente al primer semestre del ejercicio fiscal 2021) una ganancia de 196 millones de pesos versus una pérdida de 81 millones en el mismo período de 2019.
Eso se produjo, según señaló la empresa, a causa de “una variación positiva en el resultado por tenencia (del stock bovino) y en los resultados por venta de hacienda, debido a que el aumento de los precios del presente ejercicio superó a la inflación” presente en la Argentina.
Al 31 de diciembre de 2020 la empresa contaba con un stock de vientres bovinos de 71.721 cabezas, una cifra 16% menor a la registrada en la misma fecha de 2019.