Los conflictos gremiales ocurridos en diciembre del año pasado, junto con los bloqueos viales realizados por transportistas en enero, provocaron una caída de los embarques argentinos de trigo de tal magnitud que a la fecha se asemeja a la situación presente durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
De acuerdo a datos oficial del Indec y de la agencia de navegación marítima Nabsa S.A., el trigo exportado entre diciembre y febrero pasados, sumado a lo embarcado en lo que va de marzo más lo programado para embarcar en lo que resta del presente mes, alcanzaría un total de 4,7 millones de toneladas, muy por detrás de los últimos cuatro ciclos tanto en términos absolutos como relativos.
Los datos –recopilados en un informe publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario– muestran que el ritmo de embarques, luego de dos meses en los cuales la actividad portuaria prácticamente se paralizó, retrocedió hasta un nivel semejante al presente en la campaña 2015/16, cuando, debido a la intervención gubernamental, la producción argentina había caído a una cifra de apenas 11,3 millones de toneladas.
Pero en el presente ciclo 2020/21, con 17,6 millones de toneladas de producción, no se pudieron concretar la mayor parte de los embarques programados de trigo debido a los conflictos sindicales con recibidores de granos, aceiteros, estibadores y patrones fluviales y marítimos registrados en diciembre, los cuales, una vez solucionados, fueron inmediatamente seguidos por bloqueos organizados por transportistas autoconvocados, los cuales se extendieron durante la mayor parte del mes de enero.
El sector exportador, según los últimos datos oficiales disponible, había comprado al 3 de marzo pasado 9,20 millones de toneladas de trigo 2020/21 sobre un total potencial estimado en 10,0 millones, al tiempo que las Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) de trigo suman a la fecha 9,44 millones de toneladas.
Vale remarcar que de las 9,20 millones de toneladas vendidas a los exportadores, una cifra de 7,09 millones (77% del total) ya tiene precio hecho, lo que indica que la mayor parte de los productores no quiere sorpresas al respecto luego de las reiteradas amenazas de intervención realizadas por el gobierno argentino.