En la campaña 2020/21 el uso de equipos de aplicaciones dirigidas de herbicidas permitió ahorrar 29 dólares por hectárea y lograr un mejor control de malezas respecto del sistema convencional de pulverización total del lote.
Tales datos, recopilados por la consultora Viento Sur, corresponden al promedio de situaciones de cinco equipos Weed It que en la presente campaña recorrieron 12.745 hectáreas en la región sudeste bonaerense.
Si tenemos en cuenta que en la Argentina se siembran unas 8,0 millones de hectáreas de trigo y cebada en invierno, además de casi 30 millones de hectáreas de cultivos estivales, entonces es factible comprender que el ahorro anual de recursos generado por esa tecnología es una ayuda enorme no sólo para los empresarios agrícolas, sino también para los funcionarios del Banco Central (BCRA), entidad liderada por Miguel Ángel Pesce, que en el último año vienen implementando todo tipo de trabas y restricciones para evitar el drenaje de dólares del sistema financiero local.
Las pulverizaciones dirigidas, además de viabilizar aplicaciones tempranas de “escapes” de malezas en sectores específicos (que en algunos casos pueden representar apenas 1% a 2% del área agrícola), permiten emplear fitosanitarios de elevada efectividad que, por su costo –como puede ser el glufosinato de amonio–, no es posible usar a una escala general.
En la zona particular del sudeste de Buenos Aires, los lotes afectados por rama negra, raigrás y nabolza resistentes requieren aplicaciones en barbecho de herbicidas postemergentes con un costo que se encuentra en el orden de unos 40 u$s/ha. Es decir: una montaña de dinero que puede ser reducida por medio del uso de Weed It o de su competidor el WeedSeeker.
En las 12.745 hectáreas evaluadas por Viento Sur además se registró un 70% de reducción del impacto ambiental con WeedIt respecto a los tratamientos convencionales, según el Coeficiente de Impacto Ambiental (EIQ) desarrollado por el Programa de Manejo Integrado de Plagas de la Universidad de Cornell (1992), que tiene en cuenta el riesgo para el trabajador que aplica fitosanitarios, para el consumidor (considera incluso la posible lixiviación a napas) y para el ambiente y las especies que lo habitan.
El uso de tecnología de pulverizaciones dirigidas también permitió realizar un menor uso de envases de fitosanitarios (418 versus 1424 en el sistema de manejo convencional) y una reducción del 71% del uso de agua como vehículo para la pulverización.
Los ahorros logrados por los equipos Weed It o WeedSeeker –que son bienes dolarizados, al igual que los fitosanitarios– son tan significativos que, de acuerdo a la escala, zona y presión de malezas, se repagan con apenas uno a tres años de uso.
Los tres equipos disponibles en el mercado –Weed It AG, Weed It Quadro y WeedSeeker 2– tienen características diferenciales, las cuales deben ser tenidas en cuenta en función de las particularidades presentes en cada establecimiento.
Por ejemplo, en teoría, una menor altura de trabajo es deseable para reducir el riesgo de deriva de la aplicación, pero eso en terrenos escarpados constituye una desventaja. Por otra parte, varios contratistas cuentan con equipos WeedSeeker, los cuales, al emplear índice verde (NDVI) para reconocer malezas, pueden realizar aplicaciones en cultivos ya emergidos.