En el último informe climático de la red GEA (Guía Estratégica para el Agro), el doctor en Ciencias Atmosféricas José Luis Aiello advirtió que, aunque el 70% de la región recibió lluvias de 80 a 100 milímetros en los últimos 15 días, el 80% del área aún sigue con reservas escasas. Por lo tanto, necesitarán de una lluvia semejante en las dos próximas semanas.
“En los próximos quince días se necesitarán 100 milímetros de precipitaciones en algunos lugares para tener humedad óptima, algo que sería difícil de lograr. De todos modos la situación por ahora no parece tan grave”, aclaró Aiello en Bichos de Campo.
En el informe del organismo dependiente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se informó que se espera una semana de mucho calor y que la inestabilidad llegaría el martes con el potencial desarrollo de tormentas. Al mismo tiempo resultó un alivio que el norte argentino recibiera lluvias tras 10 meses de penurias. “La tercera semana del 2021 sostuvo la importante mejora pluvial” comentó Aiello.
El especialista comentó que “cuando hay un evento Niña se produce un forzante del océano Pacífico que inhibe los flujos de humedad y entonces la oferta de agua suele ser menor que lo normal en una zona que va desde el sur de Brasil hasta el centro de la Pampa húmeda”. En efecto, esta Niña se encuentra entre las seis más intensas de los últimos treinta años.
Sin embargo, el doctor en Ciencias Atmosféricas reveló que “hay otros mecanismos que operan paralelamente, son varios y se llaman ´forzantes climáticos´, los cuales pueden amortiguar o incrementar el efecto de la Niña”. Es el caso del anticiclón semipermanente del Atlántico (Santa Elena), o el calentamiento y enfriamiento superficial del mismo océano que ha actuado con gran eficacia en la región pampeana y en el norte de Argentina.
Según los modelos climáticos actuales, que según Aiello son “muy conjeturales”, esta Niña se iba a empezar a debilitar a partir de octubre o noviembre de 2020, pero eso no ocurrió.
“Hoy este fenómeno tiene un índice físico muy alto, la Niña está muy activa, con lo cual la dependencia de las lluvias en la región pampeana dependerá del funcionamiento o no de ciertos mecanismos, algo que es muy difícil de pronosticar”, remarcó.
-¿Por qué es difícil de pronosticar?
-Eestamos hablando de la ocurrencia de mecanismos físicos que están gobernados por dos hechos: un anticiclón del Atlántico que pone humedad suplementando a la que no pondría el Pacífico, y un calentamiento o enfriamiento en las costas del Atlántico sur en latitudes del sur bonaerense; por suerte y por ahora esos mecanismos están activos, lo que hace que aparezcan pulsos húmedos que sostienen la campaña, aún con deficiencia de agua.
¿Y cómo se traduce esta influencia climática en los mercados? Aiello dijo que “el mercado de soja está influenciado por estos pronósticos de lluvia que son más intensos en Brasil y que sostendrían la producción de ese país lo que hace que los precios tiendan a la baja, pero todavía hay dos meses por delante sobre los cuales habrá que tener en claro cómo seguirán actuando estos mecanismos”.
Por ahora los pulsos de lluvia aportan cierta humedad y sostienen algunas producciones pero Aiello resaltó que “habrá que seguir los mapas que hacemos de distribución de humedad en algunos lugares para comprobar que hubo realmente algún beneficio y que la catástrofe no fue tal cual se la pronosticó porque generalmente uno asocia Niña a falta de lluvia y esto no es tan así, ya que no hay nada lineal en la física de la atmósfera”.