Sería imposible y hasta injusto darle un solo significado a la palabra “quilombo” en Argentina, aunque las definiciones que le da la Real Academia Española de “lio, barullo, gresca, desorden” no son para nada desacertadas.
Quilombo se armó con el cierre de las exportaciones de maíz dispuesto por el Gobierno. Un verdadero quilombo. Que los dirigentes y políticos de turno la cuenten como quieran, la bronca ya está instalada entre muchos productores de maíz y prueba de ello es el testimonio que cuatro de ellos -distribuidos entre el norte y centro del país- brindaron a Bichos de Campo.
La línea de tiempo es de tan sólo dos semanas. Comenzó a fin de año cuando el Ministeriod e Agricultura cerró temporalmente las exportaciones con el argumento de asegurar el abastecimiento del grano hasta la próxima campaña. Le siguió la decisión de reabrirlas parcialmente, minutos antes de que comenzara un paro de comercialización por parte del campo, y culminó con la decisión de levantar esa medida de fuerza, luego de que el Gobierno acordara con el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) que la apertura exportadora del maíz sería total y no parcial.
Ariel Bianchi, productor autoconvocado del norte bonaerense, opinó: “Este Gobierno se manejó de modo pésimo en torno al maíz. Estamos atravesando una producción récord en Argentina y crecimos estos últimos años. Hay maíz de sobra y lo único que consiguió el Gobierno con esta medida fue la desconfianza del productor”.
Bianchi, que organizó las protestas en Pergamino agregó que “el Gobierno también se manejó de modo pésimo incluso después de revertir su política: desde el Ministerio de Agricultura parecía que intentaban destrabar el conflicto pero no lo hacían; después salieron con la apertura parcial de exportaciones imponiendo un cupo de 30 mil toneladas diarias; luego retrocedieron con esa medida y ahora no se sabe qué va a pasar. Todo muy lamentable porque el maíz era un cultivo que andaba bien”.
Acerca del papel de la Mesa de Enlace, que organizó el paro sin Coninagro, Bianchi manifestó que “es bastante pobre. Cada vez que hubo un conflicto se vio superada por los productores. Mi definición es que la mesa siempre está corriendo detrás. Creo que se equivocan las tres gremiales que están dentro del Consejo Agroindustrial, ya que este dio sobradas pruebas de que piensa sólo en sus intereses y no en toda la cadena. De hecho, la primera medida que consiguió fue a su favor”, avaluó, en referencia al regreso del diferencial de retenciones en la soja.
“Pienso que la Mesa de Enlace la terminó de rematar levantando el paro antes de tiempo, y en cuanto a Coninagro, su forma de actuar fue pobre y malintencionada porque no solo no adhirió al paro sino que presionó a todas las cooperativas para que no se sumaran. Muchos productores cooperativistas se sintieron traicionados en torno a ese tema”, concluyó Bianchi.
Marcelo Tardivo, productor maicero de la localidad cordobesa de Río Cuarto, y socio fundador de una fábrica de etanol de maíz, también se expresó en contra de la medida del Gobierno de querer cerrar las exportaciones del grano. “Mientras menos se intervenga un mercado más transparente será”, respondió.
“Cualquier intervención empieza a generar ruidos, el productor desconoce las reglas de juego y entonces no puede tomar decisiones. La verdad es que si va a planificar su siembra con un mercado intervenido, por ahí lo piensa dos veces”, se quejó.
Tardivo coincidió con Bianchi en que esta medida generó un sentido de desconfianza en el productor. “En lugar de incentivar a que se produzca más como veníamos haciendo generan el efecto contrario. Espero que vuelva la claridad en quienes toman las decisiones para que podamos proyectarnos”, sintetizó.
Guillermo Alonso, productor agropecuario del norte bonaerense, dijo: “Esta experiencia ya se vivió y los resultados no fueron para nada favorables, ni para el país ni para el productor agropecuario”.
“Está muy claro que cuando no hay intervención, cuando se trabaja libremente sin que nadie te ponga el pie encima y sin medida inconsultas y en su mayoría mal aplicadas, lo que se logra es todo lo contrario a lo que se pretende”, remarcó Alonso.
En cuanto a la Mesa de Enlace, Alonso declaró que “se maneja dentro del rango que puede en un Gobierno que da poco margen para hacer y que no escucha, pero claramente no representa a todos los productores agropecuarios”.
El pedido explícito de Alonso fue “tener libre mercado. La intervención en cualquiera de los mercados es absolutamente negativa. Cuando le dieron libertad de trabajo, el productor ya demostró que pudo triplicar la producción de maíz y el volumen exportable, generando recursos genuinos para el país, pero además pudo invertir en semillas y en fertilización ayudando a que la producción crezca. Eso es lo que pasa en un país normal”.
Maxi Alcocer produce en el noreste de Tucumán y en el noroeste de Santiago del Estero, cultivando maíz, trigo, soja y porotos, y para él la medida fue “totalmente perjudicial”.
“El Gobierno también se perjudica porque deja de percibir las divisas que le ingresan por retenciones. A nosotros, los productores, nos hace caer la rentabilidad del cultivo cuando en el norte ya tenemos, de por sí, una baja rentabilidad en la zona y a eso hay que sumarle el alto costo del flete que debemos afrontar por estar alejados de los puertos”, explicó Alcocer.
El productor del norte manifestó que estas medidas desalientan la producción de un cultivo como el maíz pero dijo que al mismo tiempo no tienen otra opción que apostar por este por un tema agronómico. “Todos los años tenemos que rotar un 50% con maíz y otro 50% con soja por el manejo de malezas y algunas plagas, por eso, cuando toman estas políticas siento que nos dejan fuera del sistema”, se lamentó.
Alcocer recordó que “esta película ya la vivimos y el Gobierno sabe que esta no es la solución del problema. Cerró las exportaciones de carne y restringió las exportaciones de trigo con los Roe haciendo que tuviéramos la menor producción de los últimos 40 años en Argentina”.
“La solución no es desalentar la producción. Acá debería haber una cuestión de oferta y demanda; si el Gobierno incentiva la producción puede haber más oferta, lo que haría que se mantenga la demanda y bajaran los precios, pero esta gente está haciendo todo al revés, restringe y ocasiona menos oferta”, opinó el productor.
Y sintetizó que aunque están muy preocupados por el devenir político hacia el agro, también están muy decididos a defender su trabajo. “Lo único que sabemos hacer es producir, por eso en el norte no estamos dispuestos a dejarnos avasallar y defenderemos nuestro trabajo y nuestros campos. Esperamos que se resuelva todo a través del diálogo, como debe ser”, cerró.
Más cordura y menos quilombo es lo que piden, en definitiva, los productores maiceros, cuando recién van 14 días del año 2021 y el “broncódromo” apenas calienta el garguero. El resto de la novela se escribirá en la medida que fluya la campaña sin mayores sobresaltos y el Gobierno preste el oído para escucharlos.