Los problemas con la comunidad Lafken Winkul Mapu en la zona de Villa Mascardi, provincia de Río Negro, continúan sin vistas a mermar. Su reclamo por la recuperación de tierras ancestrales sigue aunque sin fundamento legal. Y al no recibir apoyo de ninguna autoridad, los vecinos no pueden hacer más que vigilar sus casas a la espera de que no sean dañadas.
Diego Frutos, vecino de la zona y dueño de la cabaña La Cristalina, que fue saqueada e incendiada en agosto pasado, logró registrar los destrozos al interior del predio de Gas Natural que linda con su propiedad. “De noche están talando los árboles del bosque nativo para vender la madera. Escuchamos los ruidos de motosierras y los estruendos porque son árboles centenarios”, dijo a Bichos de Campo.
Según Frutos, quienes controlan el predio intentaron poner vigilancia pero la comunidad los recibió con una apedreada y el plan desistió. “Como revancha han tirado los árboles que están al lado de las cabañas. En el corte le han dado inclinación justamente para que caigan arriba de los techos y destruirles las cabañas a ellos”, comentó.
El temor de los vecinos está en el apoyo que la comunidad mapuche parece recibir de las autoridades de seguridad nacionales, y en las represalias que podrían recibir al hacer las denuncias correspondientes. “Nadie los vigila, están dele talar árboles y cargar madera. Ya tienen un arreglo con transportistas que pasan por la ruta. La política y Gendarmería evidentemente les dan el visto bueno”, indicó Frutos.
Por su parte, Clarisa Montenegro, autoridad de la comunidad Lof Wiritray –la comunidad original de la zona y a quien la Lafken Winkul Mapu le disputa los territorios- señaló a Bichos de Campo que están al tanto de los destrozos. “Están haciendo estragos. La misma gente de parques nacionales los ha visto pero hace la vista gorda.”