Después de los incendios en las islas, se desató una fiebre legislativa por conseguir una Ley de Humedales en la Argentina, que no es otra cosa que la configuración de una política especial de protección a territorios argentinos considerados humedales.
Así surgió una docena de proyectos de ley que ya están en el Congreso, los cuales en su mayoría van a tono con lo que piden los ambientalistas, que es que se establezcan políticas más restrictivas a las actividades humanas que se puedan hacer en esos territorios. Así, según cuál sea el criterio que se considere para la legislación, podría quedar improductivo el 70% de la superficie de una provincia como Corrientes, pudiendo afectar hasta 62 millones de hectáreas en todo el país.
Jorge Vara, diputado nacional radical, es oriundo de Corrientes y autor de uno de los 12 proyectos de ley de Humedales en danza. Pero esa iniciativa tiene la particularidad de ser el que más apoyo tuvo de los sectores productivos. “El único proyecto que salió de la comisión de Agricultura es el mío, que en realidad es un proyecto compartido porque lo trabajamos en conjunto con Alicia Fregonese, del PRO, y sus asesores”, dijo Vara a Bichos de Campo.
El pedido inicial de Vara es el no dejar afuera del debate a la comunidad agropecuaria, porque teme que eso puede derivar meramente de una imposición ambiental. “Es un proyecto de ley que puede afectar a unas 62 millones de hectáreas, de las cuales, el 50% están en el Litoral o región pampeana”, aclaró.
Ironizó con que, si eso sucediera, “hágannos un lugar en el conurbano para colocar 800 mil correntinos”, porque será imposible producir en su provincia.
Mirá la entrevista a Jorge Vara:
Vara, que es ingeniero agrónomo y fue ministro de la Producción de su provincia, comentó que todos los demás proyectos entraron por otras comisiones tales como Ambiente, Recursos Naturales, y desde la parte tributaria o penal, pero la comisión de Agricultura tanto de Diputados como de Senadores no fue partícipe. “Es más, se presentaron proyectos que no fueron consultados ni con los legisladores de provincias afectadas como Corrientes y Entre Ríos, ni con la comisión de Agricultura”, remarcó.
El dilema principal pasa por entender qué se considera por humedal, y dependiendo de su definición, el área protegida puede ser del 13% o del 25% del territorio nacional. El Delta, por ejemplo, es un humedal porque está permanentemente surcado por agua, y sería lógico que recaiga sobre este una protección especial.
Pero zonas como la Cuenca del Salado, que incluye distritos como Ayacucho, Bragado, Brandsen, entre otros, ingresan en una zona gris que es preciso aclarar, dado que se inundan de vez en cuando. Según los ambientalistas, deberían ser considerados humedales, mientras que los productores sienten que si esto fuera así, se verían obligados a retirar parte del stock de vacas del país. Allí está el 25% de las existencias.
En esta discusión fina sobre qué debería ser considerado un humedal, Vara aseguró que si prosperan las demás iniciativas legislativas avaladas por los ambientalistas, el 70% de Corrientes pasaría a ser considerado un humedal, Allí, además de los Esteros del Iberá, casi todo se hace entre ríos y bajos que claramente conforman un gran humedal donde hay millones de vacas y producciones claves como el arroz. Por esa razón deberá prestarse mucha atención a qué tipo de definición de humedal se dará.
¿Qué significa esto para el sector agropecuario? ¿Es una nueva amenaza o una oportunidad de comenzar a ordenar el territorio y evitar nuevas acusaciones del ambientalismo? Para el diputado correntino, “la mayoría de los productores ganaderos de acá tienen menos de 100 cabezas. Son productores chicos, y son cerca de 23 mil, pero no viven de 100 cabezas, sino que es gente que vive de otra cosa y tienen un complemento con la actividad ganadera”.
El diputado agregó que “los ambientalistas sostienen que los principales enemigos del ambiente en la zona nordeste son la forestación, la ganadería y el arroz, todas actividades que, en Corrientes, representan el 85% del producto bruto productivo”.
En referencia a la acusación de los ambientalistas, de que ciertas actividades productivas en provincias como Corrientes atentan contra el cuidado de los humedales, Vara manifestó que “somos la provincia con mayor porcentaje de bosques cultivados, respetamos las 700 mil hectáreas de bosques nativos que tenemos, y sólo 7 mil hectáreas fueron tocadas en los diez años de ley Bonasso o ley de Bosque Nativo, y no lo decimos nosotros, sino Greenpeace en sus evaluaciones, ¿Y saben cuál era la lapicera que firmaba esas autorizaciones? La mía”.
Según el diputado y agrónomo, “todas las provincias de la región norte, salvo Misiones que autorizó tocar sólo 32 mil hectáreas, tocaron de 200 mil hectáreas para arriba. Lo que nos permitió en Corrientes el no tener que tocar ninguna de las 700 mil hectáreas de la provincia, es que plantamos 526 mil hectáreas; el 80% de los establecimientos industriales de nuestra provincia son de la madera. Y luego nos dicen que la forestación es la principal amenaza de los humedales”, se quejó.
Mientras tanto, los proyectos de ley de Humedales siguen desfilando en el Congreso, y de fondo se discute el destino de millones de hectáreas. Una cosa queda clara: la definición de humedal que le den los legisladores puede implicar ciertas restricciones a las actividades productivas, o bien al 85% del producto bruto productivo de una provincia. Este debate recién empezó, y levanta cada vez más temperatura.