La estimación de siembra de girasol cayó en 200.000 hectáreas, hasta las 1,5 millones de hectáreas debido al déficit hídrico que afecta al centro y norte del área agrícola, según el infome semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
La marcada sequía agudizó además la mala situación de los lotes implantados en las áreas mencionadas, y ya se esperan mermas en los potenciales rendimientos que van del 20% al 50%.
De concretarse las previsiones de área sembrada de girasol, con solo el 8% implantado a la fecha, la actual campaña se ubicará 6,5% por debajo del ciclo previa y 9,6% del promedio de los últimos cinco años.
“El agudo déficit hídrico que prevalece sobre el centro y norte del área agrícola nacional, impide la incorporación de lotes durante la última etapa de la ventana de siembra en los núcleos del NEA y centro-norte de Santa Fe”, señaló la entidad cerealera porteña.
En lo que respecta al NEA, la Bolsa realizó un recorte en la estimación de siembra de 150.000 hectáreas, mientras que en el norte santafesino el ajuste fue de 50.000 hectáreas, aunque todavía en esta zona la ventana de siembra está en plena vigencia. Esos campos, en caso de llover, podrían derivarse al algodón o a la soja.
En contraposición, en Buenos Aires y La Pampa las lluvias de esta semana permitieron mantener una buena reserva hídrica, lo que ubicó las expectativas de siembra casi 100.000 hectáreas por encima del ciclo pasado.
De informe surge que, mientras tanto, la situación del trigo continúa complicándose por la falta de lluvias, con el 62,2% de los lotes implantados en condición hídrica de regular a seca, mientras que el 38,1 % posee una condición entre regular a mala.
“Esto se debe principalmente a que los cuadros implantados al centro y norte del área agrícola se ven cada vez más perjudicados por estrés hídrico mientras transitan estadíos reproductivos”, indicó la Bolsa, que alertó que “ante este panorama, se reduce la posibilidad de responder a cualquier mejora climática, estimando mermas irreversibles del potencial de rendimiento”.
La entidad estimó mermas en el cultivo implantado en el norte del país de entre el 20% y 30%, mientras que en Córdoba, la caída fue estipulada en un 50%, ya que a la falta de agua se sumaron las recurrentes heladas y el ataque de plagas.
Diferente es la situación en el sur del área agrícola nacional, donde el cultivo cobró un nuevo impulso debido a las lluvias de esta semana, las cuales no solo reactivaron el crecimiento, sino que además dan lugar a la recuperación de los cuadros afectados por heladas.