La pregunta que deberían empezar a hacerse los frigoríficos argentinos es qué van a hacer cuando la mayoría de sus clientes internacionales acaten el pacto de no comprar carne producida en zonas deforestadas. Esa es una tendencia incipiente, pero que ya está sucediendo. La respuesta, por suerte, puede venir de Santa Fe y de un proyecto sobre producción de carne libre de deforestación.
La World Wide Foundation (WWF), junto a la Fundación Vida Silvestre en Argentina, tienen los ojos puestos en esta provincia que abarca una porción del llamado Chaco Húmedo. Allí comenzará una prueba piloto para producir cortes vacunos “libres de deforestación”.
“El objetivo es poder hacer una trazabilidad que ofrezca todas las garantías a quien compra la carne, ya sea al supermercado, a la cadena de restaurantes o al propio consumidor”, explicó a Bichos de Campo Víctor Tonelli, licenciado en Ciencias Agrarias y contratado como consultor del proyecto. La iniciativa no busca ser restrictiva con la producción sino proteger los bosques nativos y evitar el avance de los desmontes.
Ya en 2018 la WWF contrató a una consultora de investigación de mercados, The Boston Consulting Group, para analizar la demanda internacional de carne y descubrió que muchas empresas (McDonald’s y Walmart, por ejemplo) estaban comprometidas por una carta de intención que las obligaría a no adquirir productos de ambientes donde se realizó una deforestación. Tampoco desde zonas sospechosas.
¿Y cómo se logrará la trazabilidad que asegure a los compradores de carne argentina que proviene de una zona que no se deforestó? A través del cruzamiento de datos oficiales de la provincia, ya que Santa Fe cuenta con Registro Único de Producciones Primarias, y de la fiscalización de los campos seleccionados.
Este control se hará con imágenes satélitales, en base a sistemas de geolocalización y los datos del RENSPA (Registro Sanitario). Ttambién, si hace falta, con funcionarios provinciales de manera física.
“Aunque parezca una utopía no hay un fin de lucro”, aseguró Tonelli. El fin último es lograr que Argentina y sus productores puedan dar respuesta a las crecientes demandas internacionales. Por eso el sello o certificado sobre esa carne no implicará a priori ningún costo.
La financiación para esta primera etapa de la experiencia llegará desde la propia WWF, mientras que la Provincia de Santa Fe pondrá a disposición tecnología informática que ya tiene contratada. Si bien se evaluaron softwares de otros países, aseguran que la respuesta saldrá de Argentina. Del proyecto también participan el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático provincial y el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología.
“Esto es una ola que se viene, no la vamos a poder parar. No se puede no estar de acuerdo”, reflexionó Jorge Torelli, secretario de Agroalimentos de la provincia, que apoyó la iniciativa desde el inicio.
El proyecto comenzará en los departamentos de Vera y General Obligado, y buscará ser extendido luego hacia otras provincias. De tener éxito, se espera poder atraer a bancos internacionales con filiales en el país y lograr financiación con descuentos de tasas para los productores que participen de este sistema de certificación.