Las importaciones chinas de todas las carnes estaría pasando de 7,2 millones de toneladas en 2017 a unos 11,8 millones al cabo de este año, lo que implicaría un crecimiento del 64% en sólo tres años. Esto equivale a unas 4,6 millones de toneladas adicionales, que es casi tanto como lo que produce toda la Argentina en un año.
Un documento de los economistas Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre, del IERAL y la cordobesa Fundación Mediterránea, muestra rasgos de este fenómenos, que se aceleró mucho debido a la combinación de dos virus, el de la Fiebre Porcina Africana (FPA) primero y más recientemente el COVID-19.
El más determinante ha sido el primero de ellos, que ya lleva un par de años. La aparición de múltiples casos de la Peste Porcina generó una fuerte caída en la producción china de carne de cerdo, estimada en no menos de 20 millones de toneladas en el transcurso del período 2018/2020. Esto es “aproximadamente el 15% de la producción total de proteínas animales de China (incluyendo las cinco carnes líderes, que son la bovina, la porcina, la aviar, la ovina y el pescado)”.
Una de las vías de China (no la única) para cubrir este faltante ha sido incrementar fuertemente las importaciones, sobre todo de carne porcina y bovina. La Argentina, según esta análisis, ya viene beneficiándose esta situación, ya que en 2019 el 75% de los volúmenes exportados totales por la cadena de carne vacuna se colocaron en el gigante asiático (425 mil toneladas peso producto, el 20% de la producción total). Esto representó el 67% de las divisas obtenidas por el sector. Los chinos gastaron unos 2.065 millones de dólares en cortes de origen argentino.
Ahora, los analistas de la Fundación Mediterránea no creen que esto haya terminado. “Si China logra sortear con relativo éxito el COVID-19 y la crisis económica global, tal como está sucediendo, es factible que estos envíos no sólo se mantengan este año, sino también que se terminen expandiendo”, dijeron Garzón y Torre en el documento. Se lo puede descargar aquí.
La fortísima demanda de carnes desde China toca sobre todo al sector bovino: las importaciones se estarían más que duplicando en el período 2017/20, pasando de 2,4 a 6,4 millones de toneladas equivalentes res con hueso. En términos per cápita, las importaciones totales estarían subiendo de 5,2 kilos a 8,4 kilos en este período de tres años.
Dice el informe del IERAL que “como puede deducirse, la gran aceleración de las importaciones ha modificado la estructura de abastecimiento de carnes de China, aumentando la dependencia de su mercado interno a la producción de otros países. Según estimaciones de USDA, este año el gigante estará importando el 26% de la carne bovina que consumirá, el 10% de la carne porcina y el 5% de la carne aviar; se trata de los porcentajes más altos de los últimos años en todos los casos”.
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La irrupción del coronavirus a comienzos de 2020 puso en duda la fortaleza de este proceso. Pero finalmente “los volúmenes importados en los últimos dos meses, sorprendentemente altos, fueron muy superiores a los de los meses previos y también a los niveles del 2019”, describió el documento. En el mes de marzo, las compras chinas bajo el rubro “carnes y menudencias” totalizaron 919 mil toneladas, un 50% más que en los meses previos. En abril se mantuvieron también en un nivel muy alto, con 862 mil toneladas.
Y aquí sigue la jarana. “Según los registros de la Aduana China (pueden diferir de los registros de la Aduana Argentina), las compras de carnes de origen argentino se ubicaron en 62.700 toneladas en marzo 2020 (peso producto), el volumen más alto de la historia comercial con ese país”. Como siempre, los
envíos fueron mayoritariamente de carne bovina (84%), aunque también fue importante el flujo colocado de carne aviar (15%).
Con sus ventas, la Argentina alcanzó el 24,3% de las importaciones chinas de carne bovina y el 7,3% en carne aviar en marzo. En carne porcina es donde el país aparece más rezagado y hay sin dudas mucho camino por recorrer, ya que el market share es de apenas el 0,2%.
Las conclusiones del trabajo estaban cantadas: “Lo sucedido con las compras chinas hasta abril resulta muy promisorio para los exportadores globales de carnes, entre ellos Argentina. Es muy probable que se confirmen las proyecciones y que el gigante termine con un nivel de importaciones bastante superior al del año pasado, a pesar de la desaceleración económica y los problemas generados por el COVID-19”.